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Cuando se revisa las remesas, giros de dinero que hacen los migrantes a sus familiares en nuestro país, estas son una fuente crucial de ingresos. En Colombia, las remesas provienen principalmente de Estados Unidos y España (42% del total) y, en 2024, representarán cerca del 3% del PIB. ANIF nos indica que estas son utilizadas principalmente para cubrir gastos de manutención, especialmente en los primeros años de permanencia de los inmigrantes del exterior, además, contribuyen a elevar el nivel de vida de las familias receptoras, evitando situaciones de pobreza y contribuyendo al sostenimiento de las economías locales.
Para muchos jóvenes otros países ofrecen entornos laborales más estables y oportunidades de desarrollo más favorables.
Ahora bien, al parecer está muy claro el sueño americano para los colombianos, pero, ¿en nuestro país tenemos claro cuál es el sueño colombiano?
Siempre he creído que el sueño colombiano en nuestro país inicia en el deseo de que en los hogares los hijos se hagan profesionales y este deseo es mayor en aquellas familias en dónde sus padres no lograron alcanzar un título universitario. Por supuesto que, como ya lo dije, este es un primer paso en ese propósito mayor que podríamos llamar sueño colombiano. Bueno, pero y cuál es dicho sueño.
Es probable que nuestro sueño tenga que ver con tener una casita o un carrito, algunos quieren una finquita, y otros viajar por el mundo, o por lo menos por nuestro hermoso país. La educación es una vía que ayuda a lograr concretar ese sueño.
Hoy por hoy, el cambio demográfico muestra que los jóvenes tienen nuevos sueños. Hasta hace muy pocos años los jóvenes querían una profesión, trabajo bueno y estable, y formar un hogar. Mi generación puede acordarse del sueño de carro, casa y beca.
Los jóvenes quieren vivir experiencias, ahora más que antes, en Colombia y por fuera, experiencias que les permita vivir una vida feliz.
Los actuales jóvenes no están tan atados a los empleos duraderos, ni a casarse ni a tener hijos, los jóvenes de hoy quieren apoyo al primer empleo, fomento del emprendimiento, mejoras en la seguridad y la calidad de atención en los centros de salud. Quieren independencia económica de sus padres, tener su apartamento y vehículo propio. Y claro, mascotas.
Una reciente encuesta mostró que el 81% de los jóvenes colombianos aspiran a trabajar en el extranjero. Este proyecto de vida está influenciado por el deseo de crecimiento profesional, experiencias culturales enriquecedoras y una mejor calidad de vida. El trabajo remoto y las nuevas tecnologías son elementos que determinan las expectativas que tienen los jóvenes frente a su proyección profesional.
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