Pastores según el corazón de Dios

La Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia Católica, nos permiten tener una idea clara y eficaz sobre el ser y la razón de ser, del “Buen Pastor”. Esa es exactamente la definición que propuso el Hijo de Dios, a todos aquellos que se atrevan a seguir su camino, como un Pastor.

Como la persona que está dispuesta a entregar su vida por los demás. A tratar a las personas con amor. A tener caridad y misericordia. A ser ejemplo para su comunidad. Es muy cierto que Dios se preocupó por darle al mundo pastores según su corazón.

Así quedó consignado en la profecía de Jeremías: “Les daré pastores según mi corazón. Quienes deben apacentar con inteligencia y sabiduría” (Jeremías 3,15). Y esos pastores deberán cumplir con los siguientes requisitos: Serán pastores que congreguen y guíen a los demás. Pastores, que apacienten a los demás.

Serán modelos del único y supremo pastor, quién es Jesucristo, el gran pastor de las ovejas. (cf. Hebreos 13,20). Pastores que cumplan con el excelente y delicado requisito: Pastores según el corazón de Dios.

Así lo presentó Monseñor, Flavio Calle Zapata, Arzobispo emérito en la Arquidiócesis de Ibagué: “Pastores según el corazón de Dios.  Nuestra tarea debe ser: estar para servirle a los demás. Debemos estar sanos para poder ayudar a los demás.  Razón suficiente, para poder recomendar, a los ministros ordenados, para que vivan en su propia libertad, que la defiendan de los afectos, de los honores, de las situaciones difíciles, de los vicios, etc.

“Un buen ministro se cultiva permanentemente en la oración.  Por ello, la Eucaristía es el centro de su vida de oración.” (Ponencia 13 de noviembre 2018).

El Papa Francisco enseña que: “Cristo es el pastor verdadero, que lleva a cabo el modelo más alto de amor por su grey: Él dispone libremente de su vida, nadie se la quita (cfr. v.18), porque la da a favor de las ovejas (v.17).

“En abierta oposición a los falsos pastores, Jesús se presenta como el verdadero y único pastor del pueblo: el mal pastor piensa en sí mismo y se aprovecha de las ovejas; el buen pastor piensa en las ovejas y se da a sí mismo.

“A diferencia del mercenario, Cristo pastor es un guía cuidadoso que participa en la vida de su rebaño, que no busca su propio interés, que no tiene otra ambición que la de guiar, alimentar, proteger a sus ovejas.” (Ángelus 26 de Abril 2015).

Cuida tu salud: El buen pastor huele a oveja y conoce su gente.