PUBLICIDAD
¡Qué bien! ¿Quién no estaría de acuerdo con ese planteamiento? Yo, sin vacilar, estamparía mi firma para suscribirlo. Sin embargo, me surgen de inmediato acerbos interrogantes: ¿cómo compaginar esas reflexiones y esos compromisos con la campaña que los medios de comunicación más poderosos de Colombia, El Tiempo entre ellos, orquestan continuamente en favor del aborto y en apoyo a sus promotores, oficiales y privados? ¿Es que los niños no nacidos aún, sólo por eso, ya no son sujeto de ese derecho a ser protegidos y cuidados con amor y ternura? ¿Será que sólo cuando ya, como la linda Sarita, alcancen la posibilidad de embelesarnos con su sonrisa y con sus retozos encantadores adquiriremos nosotros el deber de protegerlos de manos criminales? ¿No tendrán, por el contrario, precisamente porque aún no tiene voz y son totalmente inermes, más derecho que cualesquiera otros, a ser protegidos, a que todos nos hagamos cargo de sus derechos, comenzando por el de la vida? ¿Las que los matan cuando aún están en el vientre materno, no son, por esa circunstancia, manos criminales?... ¡Ah, las incoherencias!
Comentarios