En Colombia, el Dane viene realizando la Encuesta de Cultura Política, cada dos años, en la que se indaga sobre las percepciones y comportamientos políticos de los colombianos. Aunque los datos disponibles son de 2015 me parece que sus resultados arrojan algunas luces sobre las tendencias políticas recientes y en el futuro inmediato, teniendo en cuenta la campaña electoral que se avecina. Por ello, quisiera concentrarme en dos aspectos de la Encuesta: el espectro ideológico con el que se identifican los colombianos y su percepción sobre el sistema democrático colombiano.
A los encuestados se les pidió ubicar su posición ideológica en una escala de 1 a 10, de izquierda a derecha. El 31% se ubicó en el nivel 5, que corresponde a una clara identificación con el centro político. Entre tanto, el 12.8% se ubicó en el nivel 10, es decir, aquellos que se identifican palmariamente con posiciones ideológicas de derecha. Así mismo, el 3.8% de los encuestados dice estar identificado plenamente con una postura de izquierda (nivel 1).
Los resultados anteriores muestran que hay un viraje claro de los ciudadanos hacia la centro-derecha, no solo porque el porcentaje de personas que se identifican con el nivel 10 es mucho mayor al de los que se identifican con el nivel 1, sino también porque la proporción de ciudadanos que se ubican en los niveles a la derecha de 5 (el “puro centro”) es mayor que la de aquellos que se ubican en los niveles 2 a 4. Es importante recordar que estos resultados son de 2015, es decir, antes del plebiscito. Si tenemos en cuenta los resultados desfavorables del plebiscito por la paz, es probable pensar que la posición se haya movido aun más hacia la centro-derecha en estos dos últimos años.
De otro lado, la encuesta indagó a los ciudadanos acerca de qué tan democrático consideran que es el sistema político colombiano y apenas un 28.9% de los encuestados lo catalogó de esta manera; de hecho, se presentó una reducción en este porcentaje respecto a los resultados de la encuesta de 2013, cuando este valor se ubicó en 33.1%.
Pero además, llaman poderosamente la atención los resultados por regiones. Mientras que en la Costa Atlántica encontramos el mayor porcentaje de personas que consideran que el sistema político es democrático (40.6%), Bogotá es la región más pesimista frente a la calidad de nuestra democracia: apenas el 21.8% piensan que el país es democrático. A su vez, la costa también es la zona del país que menos piensa que el país no es democrático (8.6%) y nuevamente Bogotá es la zona de mayor inconformidad (14.6% de los encuestados bogotanos piensan que Colombia es un país No democrático).
Es decir, la costa Atlántica, una región en donde el voto de opinión parece tener menos peso, donde las prácticas clientelistas han hecho parte del paisaje político-electoral con mayor fuerza que en otras zonas y donde predominan los grande barones electorales conviviendo con la desigualdad, la pobreza y los problemas de acceso a servicios públicos esenciales, es aquella donde parecieran estar más satisfechos con la democracia colombiana. Entre tanto, en Bogotá, donde el electorado es más rebelde, más crítico, probablemente más informado y politizado debido en parte a que la capital es el centro de la vida política nacional, es donde encontramos más ciudadanos inconformes con el sistema político colombiano y su precaria e imperfecta democracia.
Estimados lectores: las opciones electorales de “los mismos con las mismas” siguen siendo altas.
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