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Lo digo también porque la crisis que nos vemos obligados a enfrentar me ha mostrado la cara más generosa de personas que consideraba indiferentes y me ha sorprendido que a la voz de “todos ayudan” nadie se queda quieto.
Y digo sensible porque esta crisis de la economía ha sido una enorme oportunidad para ejercitarnos como colombianos solidarios, respetuosos, buenos trabajadores y preocupados cuando vemos que la familia de al lado no tiene suficiente comida.
En consecuencia, desde hace unas semanas tomé la decisión de buscar a los colombianos que comparten esta visión optimista de la situación que nos aflige: personas que ponen su valentía y pujanza al servicio de la economía nacional; padres de familia que, azadón en mano, madrugan todos los días para garantizar el sustento del hogar; mamás que, entrenadas en la dificultad, siguen emprendiendo para asegurar a sus hijos el bienestar de la necesidad satisfecha. ¡Qué actitudes más valiosas! ¡Merecen ser destacados y apoyados!
Pero el desempleo al alza, los campesinos en las carreteras en busca de que les compren barato una cosecha que costó sudor y la inminente llegada de una Navidad sin regalos para miles de familias, nos obligan a ir más allá: a buscar también a quienes están acorralados por esta grave situación para apoyarlos decididamente.
Han sido varias nuestras propuestas y apoyos a iniciativas para impulsar la economía desde varios sectores:
Reducir del 19% al 5% el IVA para los tiquetes aéreos.
Reducir el IVA en iguales proporciones para la gasolina de aviación.
Eliminar el impuesto de timbre nacional para la salida al exterior de nacionales y extranjeros residentes en el país.
Brindar un aporte estatal de hasta el 50% del valor del salario mínimo legal mensual vigente por cada empleado para beneficiarios del Programa de Apoyo al Empleo Formal, que correspondan a las actividades de alojamiento y servicios de comida de los sectores turístico, hotelero y de gastronomía.
Extender el aporte del 50% para el pago de las primas de diciembre a empleados que ganen hasta un millón de pesos.
Simplificar las regulaciones de la industria turística
Exonerar del IVA a los servicios de alojamiento
Pero no se necesita ser congresista, gobernador o presidente para ayudar a impulsar nuestra economía. Todos podemos empezar adquiriendo producto local: comprar artesanías, dulces, o zapatos; comprar café o arroz o papa o cebolla; comprar panela, fresas o aguacates... todas son formas de aportar.
Ser colombiano es algo que se debe mostrar con buenos sentimientos y con hechos concretos: por eso hablo de que hay que ser “Siento por Ciento Colombiano”.
Con S de sensibilidad, de solidaridad, de sudor y de salvación. Sí, de la salvación para una economía, nuestra economía nacional, que a todos nos corresponde rescatar.
Hay quienes se incomodan de que use la S para escribir Siento por Ciento. Me alegra que este sentimiento haya llamado su atención, pero este es solo el primer paso.
Mi tarea solo estará cumplida cuando todos, sin distingos de ningún tipo, estemos articulados para apoyar y Sentir el producto nacional, más allá de la interesante polémica por la escritura, que ya ha cumplido su propósito de poner el tema sobre la mesa. ¡Privilegiemos el producto nacional! Porque mi “Siento por Ciento” también lo escribo con C de colombiano, de congresista y de conservador, y como tal, cumplo con mi deber de cuidar la economía e invito a todos a lo mismo.
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