La reducción del IVA en los tiquetes aéreos

Miguel Ángel Barreto

En la nueva ley de turismo hay una serie de importantes medidas y expectativas para dinamizar este sector de la economía nacional. La reducción en los valores de los tiquetes aéreos y la exención de IVA en los servicios de hotelería son estímulos importantes para marcar una nueva agenda de crecimiento, sostenibilidad y expansión para toda la cadena turística en medio de la actual pandemia y dentro de las expectativas de vacunación que serán fundamentales en la reactivación del tejido empresarial en 2021.
PUBLICIDAD

Cuando presenté la modificación de los artículos 468-1 y 468-3 del estatuto tributario para impulsar el transporte aéreo nacional, mucho antes de la crisis sanitaria, el objetivo era generar una reducción en los costos de operación para los viajeros que permitiera ampliar la demanda de los servicios de aeronavegación y que condujera igualmente a fortalecer la oferta de las compañías y agencias de viajes.

Una vez aceptado por el Gobierno la propuesta de reducir el IVA en los tiquetes aéreos del 19% al 5% y posteriormente convertida en reforma por parte del Congreso, los propósitos de simplificar los impuestos, fomentar la demanda, aumentar la conectividad doméstica y dinamizar los puestos de trabajo, toman hoy un significado más profundo, ya que son política pública y ley para salvar este sector de la crisis económica derivada del coronavirus.

En el actual escenario, se estima que la reducción de 14 puntos del Impuesto de Valor Agregado permitirá un aumento del 20% en la demanda de pasajeros y un alivio de $750.000 millones a viajeros hasta el 2022. En otras palabras, se puede ahorrar viajando o aumentar los viajes, especialmente para las personas que generan negocios, visitan sus familias o para quienes realizan turismo ocasional o frecuentemente.

Una característica de esta reactivación, que es palpable desde ciudades intermedias como Ibagué, es la nueva serie de conexiones de las aerolíneas de bajo costo con frecuencias semanales entre el interior y ciudades de la Costa Atlántica, lo que resulta atractivo no solo para familias que nunca o rara vez viajaban en avión por los altos costos, sino que denota el riesgo y compromiso que toman estas compañías para ampliar las conexiones regionales con base en nuevas ofertas y servicios.

Se prevé que la nueva demanda aérea con base en la reducción tarifaria beneficie a los prestadores de servicios turísticos de hotelería, alojamiento, eventos y parques temáticos. El flujo de pasajeros impulsará a más de 10 mil establecimientos hoteleros de manera directa, además se espera estimule la demanda de los establecimientos comerciales y la gastronomía. No obstante, la reforma en este punto y hora resulta clave por varios aspectos técnicos: primero, le quita un promedio de 20 dólares a la tarifa doméstica y unos 100 dólares a los vuelos internacionales; segundo, busca estabilizar cerca de 32 mil puestos de trabajo directos en el transporte aéreo y 253 mil asociados y/o conexos a la cadena de suministros y de turismo; tercero, se espera el próximo año resarcir las pérdidas en el PIB, estimadas en unos 480 millones de dólares.

Sin duda, este es uno de los sectores con mayor potencial para diversificar la economía, mejorar la imagen en el exterior, ampliar ingresos y generar mejores oportunidades laborales.

Proteger el turismo es cuidar una industria clave para el futuro del país y una actividad crucial para el descanso y el empleo de nuestra gente.

MIGUEL ÁNGEL BARRETO

Comentarios