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Con especial premura desde el Congreso debemos atender las preocupaciones de nuestros campesinos que ya no aguantan más los altos precios de los fertilizantes que en algunos casos superan el 50% en sus valores de referencia.
Amigos del sector me comentan que están pagando un bulto de urea en 200 mil pesos, lo que es insostenible. El mercado de los insumos en Colombia asciende a los 5 billones de pesos y es piedra angular de todas las actividades agrarias y pecuarias. Una sobrevaloración de este estimado global golpea directamente la economía de los campesinos y de los municipios colombianos.
De hecho, la escalada en los costos de las materias primas con las que se procesan fungicidas, abonos y medicamentos veterinarios, entre otros, le está haciendo perder aceleradamente la competitividad al sector agropecuario en general, por lo que resulta fundamental que esta ley se constituya en un salvavidas para devolverle en algo la tranquilidad a nuestros productores, evitar alzas desmedidas en los productos de la canasta familiar y proteger de esta manera la seguridad alimentaria.
Adicionalmente la denominada crisis marítima o de contenedores atomizó la demanda de toda clase de fertilizantes y productos importados. Tenemos, entonces, de un lado a las grandes potencias luchando por controlar y abastecer sus mercados especialmente con los commodities que garanticen sus esquemas de producción y, del otro, los transportadores que abusan de los precios de los embarques y de los tiempos de entrega, evidenciándose así que la demanda sea superior a la oferta y que los precios se disparen preocupantemente, lo que podría causar problemas inflacionarios en naciones en vías de desarrollo que sufren problemas de abastecimiento.
Por esta razón, esta ley resulta importante para nuestro país, porque pone en operación una política de precios, garantizando la libertad regulada y vigilancia del sistema, para evitar abusos de comercializadores o de agentes dominantes. También crea el Fondo Cuenta, por medio del cual se garantiza el acceso a los agroinsumos por medio de operaciones seguras.
Igualmente, crea el Sinia, Sistema Nacional de Insumos Agropecuarios, para que haya un acceso a estos productos de una forma segura, equitativa y en los tiempos acordados. En suma, se pretende avanzar en una política integral que garantice acceso y disponibilidad, pero especialmente que proteja a nuestros campesinos de estos choques externos.
A la actual crisis sanitaria por Covid-19 se le está sumando el alto costo de vida, representado en los alimentos, los artículos tecnológicos, las prendas de vestir y todo cuanto adquirimos provenientes del exterior. Es importante entonces proteger la agricultura, las manufacturas y la industria nacional de esta crisis internacional
Ahora más que nunca cobra vigencia la importancia de apoyarnos como Nación y aplicar aquello de que colombiano le compra a colombiano, e igualmente significativo que desde el Congreso le demos luz verde a este proyecto por el bien de nuestros agricultores.
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