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A pesar de las inmensas dificultades de la Nación que hemos enfrentado por años como son el conflicto armado, la lucha contra el narcotráfico, la corrupción y las consecuencias más recientes derivadas de la pandemia, nuestro país tiene una arraigada tradición democrática.
Esto nos permite contar con instituciones fuertes y sustentarse en una dinámica económica muy respetable entre el contexto latinoamericano, que ante todo protege el derecho privado, la libertad de expresión y que es garantista de los derechos individuales y colectivos.
La Constitución de 1991 sigue siendo un faro democrático en medio de tantas coyunturas adversas, algo que debemos tener en cuenta en las jornadas electorales, ya que lo que está en juego no es nada más ni menos que el futuro del Estado.
Nuestra carta magna debemos protegerla de posiciones extremas, populistas y que suenan bien, pero que técnicamente generarían traumatismos para las finanzas públicas y privadas, además de poner en jaque las relaciones exteriores del país con sus principales socios.
Sin duda, la responsabilidad que nos atañe inicialmente para el 13 de marzo de este año es la de votar por senadores que le respondan a las regiones con gestión, proyectos e inversión. Su voto es la mejor herramienta para que todos como colombianos continuemos jalonando el país para seguir creando más oportunidades y recuperar la economía.
Durante los ocho años que cumpliré como Congresista, primero como Representante a la Cámara y ahora como Senador, me he dedicado a recorrer las regiones y entender de primera mano las coyunturas territoriales, en segundo lugar he servido de puente entre las comunidades, los alcaldes y el Gobierno nacional para gestionar recursos que logren impactar los departamentos.
En el caso del Tolima generamos las suficientes sinergias con la bancada de parlamentarios y avanzamos en destrabar la vía Cambao-Murillo-Manizales. También se logró gestionar los recursos para la culminación del Coliseo Mayor del Parque Deportivo, tras los fallidos Juegos Nacionales.
En el caso del Sistema Estratégico de Transporte para Ibagué, se consiguió priorizar ante el exministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, la inclusión del proyecto en los documentos de política social y fiscal. Respaldo y seguiré defendiendo a los transportadores, así como a los confeccionistas, arroceros y cafeteros.
Sigo creyendo en la descentralización, no sólo de los ministerios, sino del Congreso, ya que una visión es la del territorio y otra muy diferente la de las frías oficinas capitalinas. A los críticos les digo que seguiremos trabajando por las regiones.
A los votantes habrá que recordarles que el mesianismo en la política es la antesala a las dictaduras. Los milagros no existen en la política, sólo el trabajo articulado, planificado y responsable es el que genera cambios.
No hay presidentes ni senadores, gobernadores, diputados o concejales perfectos y que sólo por las obras se pueden conocer a los seres humanos.
Por favor alístese para votar, no lo deje de hacer, comprométase con su región y el país, revise las hojas de vida de los candidatos, sus ejecutorias, sus diferentes aciertos y desaciertos, para poder llegar así a una decisión lo más objetiva y lo menos emotiva posible. Que su decisión sirva para fortalecer los valores democráticos y para salvaguardar la Constitución política de Colombia.
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