En Colombia, el domingo elegiremos concejos municipales que, como máxima autoridad legislativa de los municipios, tienen que reglamentar y exigir eficiencia en prestación de servicios comunales; adoptar planes de obras públicas y de desarrollo económico y social; autorizar al alcalde para celebrar contratos; dictar normas orgánicas presupuestales y expedir el presupuesto anual de rentas y gastos; determinar la estructura municipal y sus funciones; reglamentar el uso del suelo; elegir personero y establecer controles de preservación y defensa del patrimonio ecológico y cultural, entre otros.
Siendo asÃ, como queremos hacer de Ibagué una ciudad sostenible con señales de identidad, pertenencia y entorno social humano, solidario y consciente. Como queremos una ciudad más amigable con sus pobladores y visitantes y no caótica, desalmada y agresiva en donde se estimula la exclusión, la desigualdad y la violencia. Como queremos que los impuestos que pagamos no vayan a parar a extraños bolsillos, sino en obras de infraestructura que nos hagan la vida urbana y rural, mucho más cómoda.
Como queremos vivir en donde prevalezca la convivencia pacÃfica entre autoridades, instituciones públicas y ciudadanÃa, entonces, estamos obligados a fijarnos no sólo en quien elegimos como alcalde, sino también en quienes elegimos como concejales.
Como ciudadanos responsables no podemos seguir eligiendo ineptos que toman el Concejo como escampadero, porque sólo encontraron oficio calentando escaño en el cabildo para resolver sus necesidades particulares, mas no las comunitarias. Por tanto, es perentorio elegir concejales con experiencia, conocimientos, competencias adecuadas, eficaces, honrados, éticos y, sobre todo, con capacidad de gestión, indicador básico y clave para realizar un servicio de calidad. Por ende, generando resultados en la administración de recursos municipales y en el cumplimiento de los objetivos para lo cual son elegidos.
Uno de los tantos candidatos es Camilo Delgado Herrera. Tiene talante y ganas para ser un concejal responsable y comprometido y, además, continúa siendo Ãntegro, de armas tomar e incorruptible como lo fue en la Dirección de Justicia Municipal en donde, entre varios graves problemas, manejó el chicharrón del inmarcesible ruido de la ciudad, sin dejarse amedrentar ni comprar por coimas, dádivas, trago o mujeres ofrecidas por propietarios de locales de diversión o, en su nombre, por algunos polÃticos corruptos que, como mercaderes, querÃan negociar la Ley.
No dio su brazo a torcer, lo cambiaron de puesto y, luego vino su renuncia para poder aspirar al Concejo. Si es elegido, con seguridad realizará un excelente, ético y productivo trabajo.
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