Extrañaré al showman. Prefiero un cuenta chistes, ignaro en español, matemáticas y reglas protocolares. Que canta aunque no cante, predica pero no aplica, regaña, amenaza, insulta y pelea solito con cuanto adversario imagina su bipolar cerebro. Sí, prefiero un bufón divertido y no un Maduro anodino, tedioso y timorato.

Un indocto chofer de bus, cuya única gracia fue pasar de saca micas a Ministro de Relaciones Exteriores, Vicepresidente y sucesor de un agónico Dictador que, en el último aliento, convirtió a Venezuela en monarquía.

La sucesión a la silla vacía llega hasta hoy, cuando Chávez tiene que, constitucionalmente posesionarse, así el insípido bigote afirme que es un puro formalismo. No esperaba nada diferente porque los badulaques chavistas no conocen qué es una Constitución. Entonces, tomándola como relato bíblico la interpretan y acomodan a conveniencia. Por eso, la Asamblea Nacional, aprobó fecha abierta para que el moribundo jure cuando resucite del profundo coma en que está sumido.

No es respeto por la agonía, es aferramiento al poder. Qué pesar. Venezuela gobernada por gamberros y un cadáver, cuyo único “cambio revolucionario”, fue distribuir riquezas entre familiares y amigos. Y, en venganza por sus tempranas miserias, abolir tradiciones, memoria histórica y valores democráticos. Implantar autoritarismo, represión, intolerancia y miedo. Además, de enquistar corrupción en una sociedad que, con populismo y dádivas,  se arrodilló ante el tirano.

Con políticas públicas, la Venezuela democrática, alcanzó igualdad social y tuvo el mayor ingreso per cápita de Latinoamérica. Pero, sus gobernantes durmiendo en mieles petrolíferas, la ofrecieron en bandeja a un régimen despótico que, agresivamente, expropió numerosas empresas destruyendo productividad, competitividad, oferta, demanda y obligando fuga de capitales.

Desvalorizó la moneda y creó inseguridad jurídica, alejando cualquier inversionista sensato. Hoy, aparte del petróleo, exporta sólo tres mil millones de dólares contra 56 mil millones de dólares en importación. No tiene suficientes medicinas, médicos ni enfermeras. Finalizó 2013 con 21 mil asesinatos y múltiples secuestros. Entre muchas otras atrocidades.

Para los chavistas el contexto no importa, están ocupados jugando a la distracción. Gimotean con  voz y cara de velorio, sin clarificar la verdadera situación del agonizante y electo Presidente que hoy tenía que posesionarse.

No siendo así, el permiso anticonstitucional, lleva a vacío de poder, situación que obliga a nuevas elecciones, pero el chavismo a muto propio no las convocará. Los demás venezolanos son fantasmas que hace rato dejaron de ser los protagonistas de su propia historia.