Que está vinculada al lenocinio o explotación de quienes ejercen el oficio, en muchas ocasiones menores de edad. Que quienes la practican son manipulados por un vil proxeneta que se hace llamar protector. Que en Europa ese rufián conecta con el delincuente que practica tráfico de seres humanos. O sea, con quien engaña o rapta personas de Europa Oriental, Asia, África y Latinoamérica, para explotarlas sexualmente.
Najat Vallaud-Belkacem, ministra de Derechos de la Mujer, presentará al Parlamento francés un Proyecto de Ley para que, quien frecuente prostitutas, pague multa cercana a cuatro millones de pesos (1.500 euros) y, si reincidente unos ocho millones. Un grupo de ¿intelectuales? franceses convencidos que tienen el derecho de pagar por eyacular, se declaró en contra de la iniciativa, denominando su protesta “Manifiesto de 343 rufianes”.
Tanto Frédéric Beigbeder, escritor polémico y mediático francés, como los restantes 342 rufianes, pretenden que la prostitución sea libre e impune para que ninguna autoridad los prive de satisfacer sus deseos sexuales a cambio de dinero. Otro que protesta es el abogado de Dominique Strauss-Kahn, exdirector del Fondo Monetario Internacional, involucrado hace tres años en un escándalo sexual con una camarera, cuando se encontraba en Nueva York.
El grupo tomó el número 343 parodiando burlescamente, una histórica proclama femenina realizada en 1971 liderada por Simone de Beauvoir, Marguerite Duras y Catherine Deneuve y, a la que llamaron “Manifiesto de 343 rameras”. Época difícil y peligrosa para que quien naciera fémina protestara. Sin embargo, sin miedo, firmaron con nombre y apellido, manifestando haber cometido aborto, en aquel entonces una práctica ilegal en Francia.
La declaración reivindicando el derecho a ser dueñas de sus cuerpos y tener su control, provocó escozor, pero tres años después fue legalizada la interrupción del embarazo, un hecho que marcó una etapa fundamental en la emancipación de la mujer. Después de 42 años la idea es copiada por este grupo machista que, descaradamente, demanda el derecho que la mujer, no importa si menor de edad, siga ejerciendo un oficio en donde asiduamente se comete el grave delito de trata de personas.
Entre uno y otro caso existe una abismal diferencia, porque como lo asevera la Ministra Najat: Las 343 mujeres que firmaron hace 42 años, pedían disponer de su propio cuerpo, los 343 rufianes lo único que desean es disponer del cuerpo de la mujer.
Anne Zalensky, otra “ramera” firmante hoy Presidente de la Liga de Derechos de la Mujer, escribió en Le Monde que la apelación masculina es humillante para todas las mujeres. Opino, que en esta transacción ni quien se prostituye ni quien compra el servicio, actúa con conciencia, tranquilidad ni libertad.
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