Un juego bonito que alegra

Nelson Germán Sánchez

No es un colombiano el que hasta ahora mejor ha definido lo que la mayoría hemos visto de esta Selección Colombia de fútbol de mayores, sino curiosamente un argentino, ex futbolista y hoy entrenador de la selección Uruguay -nuestro próximo rival-, el destacado Marcelo Bielsa.
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Dijo el técnico gaucho que a nuestra selección “le sobran delanteros y eso en el mundo del fútbol no es común. Es un equipo que tiene más de una opción para cada puesto y no hay mucha diferencia entre el que inicia y respecto al que ingresa. El jugador colombiano ha sufrido una transformación porque juegan en las mejores ligas del mundo y compiten con naturalidad”. 

Y razón tiene Bielsa y excelente definición la que da, más allá de los desatinados comentarios de los que estamos saturados de “refisal” Hernández, el calvo Vélez y su veneno y varios lametraseros comentaristas quienes hablan cosas que nadie ve en el partido ni en lo táctico ni de los jugadores de la selección, pues se dedican es a hablar y hablar y a la farándula y la especulación de la vida de cada jugador. 

Digo entonces que buen comentario el de Bielsa que también recoge lo que nos merecíamos ver con admiración, delicia y regocijo: una selección Colombia dejándonos a todos -los que poco sabemos y los que sí saben bastante de fútbol- con un buen sabor, no en la boca sino en el espíritu; ese sentimiento colectivo de alegría al verlos jugar. Vemos un equipo de buenos resultados, pero que se nota tiene garra, ganas, mucha intensidad, mantiene el control del balón y de los tiempos del partido, que de verdad para expertos e inexpertos es satisfactorio observarlos en el campo de juego. Recuerda un poco a la selección de 2014 y a la de los 90, pero que algo especial, como más aterrizada, más humilde y menos propensa a cantos de sirenas deportivas. 

Más allá de estar en la semifinal de la Copa América, del reciente triunfo 5 a 0 frente a la selección Panamá o de los buenos resultados de 27 invictos, de los cuales  24 son de la era de Néstor Lorenzo -me parece-;, creo, de verdad que nos merecíamos ser espectadores y “catadores” de semejante espectáculo de buen fútbol, de juego bonito en una selección. Con ello no voy a decir que entonces ya nos ganamos esta Copa América 2024 o que aseguramos el paso al Campeonato Mundial de Fútbol y que si no se logra eso, entonces que manada de perdedores, que les sobró aire en la camiseta o no se qué bobadas, que nacen de la decepción y de la rabia natural al perder, impulsada bajo la batuta odiosa o insulsa de opinadores de este deporte. No. Me refiero simplemente a este momento, al hoy, lo que venimos viendo en eliminatorias, en partidos preparatorios y ahora en la Copa América, a un equipo con pundonor, que se ve que sus jugadores se están gozando lo que hacen, andan concentrados, que tienen el ego controlado, no se dejan desconcentrar por falsos halagos o por las piedras lanzadas desde los medios de comunicación o en las redes sociales y eso hasta ahora es lo que han demostrado a través de los partidos jugados. Ojalá sigan así.

A nosotros nos resta seguir apoyándolos, disfrutando ese bonito juego, del que vamos a poder hablar y acordarnos dentro de unos años frente a lo alegre y bonito desplegado por esos muchachos y no tan muchachos, para esta selección Colombia y en la Copa América 2024, que vuelve una sola fiesta este dividido país.

Muy pocas veces -o creo que hasta ahora ninguna- en este espacio de opinión, que ustedes amablemente leen, escribo sobre fútbol; uno, porque no soy experto, y dos, porque respeto mucho los análisis de quienes lo hacen con profundidad, seriedad, profesionalismo y mucho estudio en el mundo del periodismo deportivo y del fútbol, pero creo justo que desde la esquinita que cada uno de nosotros tiene se hable de estas cosas y de emociones personales y grupales bonitas, de esos momentos de solaz, que ahora con un buen juego, nos da la Selección Colombia de fútbol. Sí, Sí, Colombia, sí, sí. A gozarrr.  

Nelson Germán Sánchez Pérez -Gersan-

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