Debo confesar que Orlando Arciniegas nunca fue diablo de mi devoción. Factor influyente fueron sus malas prácticas y compañías, mezcladas de perversión y corrupción.
A Ibagué llegó cogido de la mano de los García en 1997. Luego se ideó a ‘los trillizos’, con su mentor Jorge Turbio, enquistado en el poder desde 2001. Prosiguió con AIS Jaramillo y terminó bebiendo sangría con los españoles, directivos de Coldeportes y un desconocido ‘chatarrero’.
Al escucharlo hablar desde la prisión, interpreto que está sumido entre el delirio y la depresión. El delirio, porque en medio de la soberbia que aún maneja, abriga la confianza de que el Tribunal Superior de Ibagué le disminuya en la mitad la condena de 56 años impuesta por los delitos cometidos en la contratación de los diseños de los escenarios de los frustrados Juegos Deportivos Nacionales, que aplicada la rebaja por la aceptación de cargos, le quedó en solo 36 años.
Y además, porque confía en que en virtud de la delación a cuentagotas que viene haciendo de sus compañeros de hampa de los últimos 15 años, no morirá en la cárcel y además, librará a su inmediato círculo familiar de ser vinculado a algunas de sus causas criminales. Todo, gracias al principio de oportunidad que espera le sea concedido, comprobada la eficacia de su colaboración.
Estas circunstancias son precisamente las causantes de su depresión. Entendida, dado el precario estado de salud que padece su madre al enterarse de la suerte de su crío y el posible estado de orfandad en que podría quedar su hija si el lazo familiar sale involucrado.
De su delación, se sabe que ha servido para abrir siete nuevas indagaciones. Relatos que han permitido acortarle pasos al ‘chatarrero’, quien con 15 de sus familiares contrataron ficticiamente para desviar recursos, e ir tras la huella de ‘los chinos’, naturales de Barranquilla, que cumplieron ídem función.
De igual manera, contrario a su dicho público, colabora para la vinculación de ‘los trillizos’, incluido Luis H., a quienes ya se les respira en la nuca por parte de la Fiscalía, y que están comprometidos por hechos de corrupción en los últimos tres lustros.
Pero también, los sabuesos le siguen la pista a mil 500 millones de pesos que ingresaron sin justificación a una fundación muy cercana a alguien quién identifican como ‘el divino calvo’.
Así mismo, a 500 millones de pesos que terminaron alimentando la aspiración electoral de ‘el cholo Toledo’.
Y como se me agota el espacio concedido por el editor, vale mencionar municipios como Natagaima, Honda, Mariquita, y Guamo, donde sus exalcaldes también aparecerán agrandando el cartel.
Desde ya convoco a una cadena de oración regional en favor de Arciniegas, para que se ilumine y conserve su vida, y no deje que la depresión nos impida desmantelar el ‘Cartel del Tolima’.
¡Que así sea!
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