Los ricos sí chillarán, pero de gozo

El gobierno dice que la reforma tributaria es “neutra”, es decir, que el total del recaudo seguirá igual, porque lo que se les disminuya en impuestos a unos se les aumentará a otros.

El gobierno dice que la reforma tributaria es “neutra”, es decir, que el total del recaudo seguirá igual, porque lo que se les disminuya en impuestos a unos se les aumentará a otros. Y señala que el nuevo impuesto llamado IMAN –a los ingresos por trabajo de la clase media– generará recursos en 2013 por cuatro billones de pesos, en tanto el IVA –que grava especialmente a los sectores populares– aportará otros 400 mil millones. La pregunta clave: ¿a qué les rebajarán los impuestos y en qué monto? A la renta de las sociedades, del 33 al 25 por ciento, un regalo de ocho billones de pesos. En resumen, los mayores impuestos al trabajo compensarán los menores al capital, principalmente a los monopolios nacionales y extranjeros. Si se enfatiza en los capitales mayores, es porque si la merma fuera solo a los pequeños y medianos, hasta plausible sería.

Los pobres y los paupérrimos, más la clase media, seguirán pagando IVA de 16 por ciento por bienes de primera necesidad, como el aseo personal, muchos alimentos, la ropa o los útiles escolares. Se gravarán otros, como los corrientazos, y la telefonía celular quedará en 20 por ciento. Como ya se dijo, el IMAN aumentará en cuatro billones los impuestos al trabajo, por salarios y honorarios. En contraste, a las mayores empresas se les disminuirían en 8 billones de pesos. Como a Comcel, de Carlos Slim, que ganó 2.8 billones en 2011, o a Pacific Rubiales, que obtuvo utilidades por 2.3 billones. También disfrutarán de menores impuestos los banqueros, que a octubre ya se han ganado 35 billones.

También favoreciendo a las grandes empresas, los gravámenes a la nómina que financian al Sena, el Bienestar Familiar y la salud se sustituirán con el CREE, un tipo de impuesto de renta. En contravía del gobierno, los analistas independientes y la Contraloría explicaron que quedará un déficit y que se reemplazarán ingresos ciertos por inciertos, atentando contra la estabilidad de estas instituciones.

Que sea la peor reforma tributaria de la historia de Colombia también obedece a que el sistema tributario ya era, antes de estos cambios, uno de los más retardatarios, en razón de que la mayoría del recaudo sale de impuestos indirectos, principalmente del IVA, y porque no grava los dividendos y es poco lo que aportan las empresas y las personas naturales con mayores ganancias, lo que da una de las tasas de tributación del capital más bajas del mundo, según informa el Bancolombia (http://bit.ly/UW2hHj). Y también es regresivo que no sea menor la tasa de renta de las empresas pequeñas y medianas que la de las monopólicas.

Se probó que cuando Santos dijo que “los ricos iban a chillar” de dolor con la reforma tributaria era porque tenía en mente a la clase media, porque lo que les preparaba a los ricos de verdad era que chillaran, pero de gozo. Hay que carecer de escrúpulos y de apego por la verdad para decir que los ricos de Colombia no son Carlos Slim y los banqueros, mineras, petroleras y demás monopolios, sino la clase media.

La gran resistencia que generó semejante reforma hizo que se descuadraran las cuentas oficiales. Porque mientras el gobierno pudo mantenerles los ocho billones de pesos de regalo a los magnates, fracasó en elevar el IMAN y el IVA hasta donde quiso llevarlo, con lo que la reforma no resultó neutra. Aunque intentó no hacerlo, el ministro Cárdenas tuvo que reconocer que el recaudo total disminuirá en unos 600 mil millones de pesos, y eso suponiendo ingresos nuevos poco creíbles, que solo mencionó el último día del trámite, por tres billones de pesos. No es de extrañar, entonces, que Portafolio haya alertado sobre un faltante de dos billones de pesos, cifra que para la Contraloría podría ser mayor. Estamos ante el caso único de un gobierno que tramita una reforma tributaria que lo deja con menos plata que la que tenía; y con toda la que hace falta en Colombia. Pero, eso sí, cumplió con el objetivo fundamental de hacer muy felices a los magnates.

Se nota que Santos lleva al absurdo el carácter plutocrático del país, a favor de las trasnacionales y los monopolistas criollos. Y que como es casi imposible sacarles más jugo a los sectores populares con el IVA, la exprimidora se la han puesto a la clase media, según recomiendan el FMI y compañía (más detalles: http://bit.ly/UdIy8G).

Con la venia del director, una cuña: el Polo se considera especialmente orgulloso por su papel en este debate, de gran importancia y sin antecedentes en el país.

Credito
JORGE ENRIQUE ROBLEDO

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