El pasado fin de semana, tres jóvenes fueron víctimas de un violento robo y agresión después de una salida nocturna en Bogotá, que terminó con ellos desorientados, golpeados y despojados de sus pertenencias. El incidente ocurrió tras haber compartido con un grupo de mujeres en un bar ubicado en la calle 116, al norte de la ciudad. Según los testimonios, la noche comenzó como una diversión habitual, pero rápidamente se transformó en una peligrosa trampa orquestada por las mujeres con las que los jóvenes entablaron conversación.

De acuerdo con las víctimas, las mujeres, aparentemente de no más de 30 años, los convencieron de abandonar el bar para seguir la fiesta en otro establecimiento en el centro de Bogotá. Sin embargo, durante el trayecto en taxi, las víctimas comenzaron a experimentar síntomas de desorientación extrema, lo que indicaron como una intoxicación química. Este malestar les impidió reaccionar y, en su estado vulnerable, fueron conducidos a un apartamento en lugar de al bar prometido.

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Allí, los esperaban varios cómplices que, tras golpear a los jóvenes, les arrebataron sus celulares, joyas y otros objetos de valor. En un acto de extrema violencia, los delincuentes obligaron a las víctimas a realizar transferencias de dinero desde sus cuentas bancarias, usando herramientas y métodos que garantizaban el éxito de las operaciones. Tras completar el robo, los jóvenes fueron abandonados en una calle del sur de Bogotá, en un estado de confusión y con golpes visibles.

Este caso se suma a la alarmante cifra de 915 denuncias por robos relacionados con el uso de sustancias tóxicas en Bogotá durante el año 2024, según datos de la Fiscalía General de la Nación. Además, el Distrito ha documentado 161 casos específicos de intoxicación química, aunque las autoridades alertan que las cifras reales podrían ser aún mayores debido a la reticencia de algunas víctimas a denunciar.

Este lamentable suceso resalta la creciente preocupación por la seguridad en la capital y la necesidad de medidas más efectivas para combatir el uso de sustancias tóxicas con fines delictivos.