Pero, en realidad, ¿sabe usted a dónde va a parar su tele o su computadora una vez sean desechados? La respuesta más concreta sería: “a la caneca de la basura”.

Pues bien, esto es una problemática que recién se está empezando a percibir en países de Latinoamérica, especialmente en Colombia.

Aunque no existe una masa crítica de desechos como en Estados Unidos, donde se desechan millones de computadoras y televisores al año, si se está evidenciando un crecimiento excesivo en la venta de equipos eléctricos y electrónicos.

Es importante aclarar que estos equipos tecnológicos contienen sustancias altamente tóxicas y que si no se les da una disposición final adecuadamente pueden terminar en vertederos donde se filtran en la tierra y el agua o se esparcen por el aire convirtiéndose en un riesgo para la salud pública y para el medio ambiente.

Es por esto que la responsabilidad social frente a este tipo de temas es de todos, tanto del estado como la sociedad en general. La importancia de la responsabilidad social de las empresas, gobierno y consumidores radica principalmente en encontrar las estrategias adecuadas que permitan prevenir el maltrato hacia el medio ambiente y lograr que cada vez más los colombianos se sensibilicen y preocupen por este tema.

Vale resaltar que en el país se han adelantado actividades que han sido lideradas por importantes empresas y entes gubernamentales. Entre ellas podríamos destacar la iniciativa del Gobierno nacional con su programa “Computadores Para Educar” que permite al empresario o persona donar los equipos que ya no utilizan para que estos puedan ser aprovechados por millones de niños, niñas y jóvenes de todas las regiones del país.

Por otro lado, las empresas Motorola Solutions Colombia, Isec S.A. (empresa que recibió reconocimiento por parte de la Corporación Fenalco Solidario como empresa comprometida con la responsabilidad social), Meltec Comunicaciones S.A., Radiotrans Colombia y Rancio Ltda., realizaron un acuerdo de recolección de baterías motorola (Arbam) para recibir las baterías que sus clientes ya no necesitan y realizar la respectiva gestión ambiental de acuerdo con las consideraciones legislativas del Gobierno.

No hay que perder de vista que las tecnologías forman parte del desarrollo de la cultura y que amplían nuestras capacidades intelectuales, pero hay que ser conscientes que los aparatos que ya no son de nuestra utilidad hay que saber que hacer con ellos de una forma responsable para no causar daños a los demás.