Por donde usted vaya, centro comercial, comercio, servicio público de transporte o de salud, barrios, edificios, cual más expresa su inconformismo por lo que se considera falta de eficacia de la policía para frenar la ola delincuencial de atracos, hurtos, sicariato, raponazos que enfrenta la ciudad. Pareciera que el tema ya se está tornando insostenible.

Un ejercicio básico y simple que cualquier ciudadano puede realizar, para tan solo tomarse una idea parcial de lo que es la realidad de la capital tolimense en esta materia, es que tome la página de este medio de comunicación desde el primero de junio, o del periódico hermano Q'hubo, o que escuche de nuevo los noticieros de radio, vea las noticias del Knal local de televisión, para que se asombre de la cantidad de información sobre la ola delincuencia de la ciudad de Ibagué.

Ya va siendo hora de que se le tome la lección a la Policía Metropolitana, de que se pidan explicaciones públicas, que se den cuentas claras, que se expliquen avances en inteligencia frente a las bandas y los delincuentes, que se analice el plan de acción, la línea estratégica, el posicionamiento territorial, los resultados del plan cuadrante, todo aquello que implique la planeación y liderazgo que sobre el tema se requiere.

Que se analice descarnadamente si vamos bien, regular, mal, peor o lo que sea; qué hay que variar, dónde hay que cambiar, qué medidas tomar, cuál o cuáles estrategias implementar para que la gente por fin sienta que ese esfuerzo de tener una policía metropolitana funciona.

Y cuando hablo de resultados no me refiero a salir ahora con el video beam y los cuadros en Excel o las filminas en power point a explicar que aquí el índice ha bajado, aquí el índice ha subido, se incremento en tanto por ciento la efectividad, se evitó no sé qué con relación al mismo periodo anterior; no, no se requiere eso que se hace siempre.

Se necesita que cuando se salga a la calle la gente a viva voz y a grito en cuello reconozca que la policía actúa, que cada vez es más difícil robar, que el centro se volvió seguro, que la carrera Quinta es de nuevo un corredor tranquilo sin delincuencia, que en el Jordán, Cádiz, Piedrapintada, no volvieron a tumbar una anciana para robarla, que a los negocios de la nueva zona comercial de Ibagué entre la calle 60 y Tobogán, entre carreras Sexta y avenida Guabinal no los volvieron a robar otra vez; es eso lo que se necesita, porque los cuadros, las cifras y el papel aguantan con todo, pero la realidad no.

El problema es de las cabezas del cuerpo policial aquí o de esa muchachada de agentes nuevos que hay en la ciudad y no han dado el rendimiento debido, o del Alcalde, del Director de la Policía Nacional, del Ministro de Defensa o del Presidente Santos.

Alguien tiene que salir a explicar cómo cambiará y con qué acciones el panorama de lucha contra la delincuencia en la capital tolimense para el bien de los ciudadanos de a pie y de los comerciantes que están enloquecidos.

No podemos volver al tiempo de mucha reunión, mucha junta, mucho llamado, mucho gremio, mucho análisis hermenéutico desde la academia y la ciudad desbaratándose en ese tema.

Si seguimos como vamos corremos el riesgo de quedarnos tragándonos el cuento de que tenemos Policía Metropolitana para sacar pecho no más. No es esta una crítica si no un llamado respetuoso a que se aborde con la profundidad necesaria este tema, antes de que tengamos que seguir lamentándolo todos los ciudadanos de esta bella ciudad.