Hace poco más de un año me refería a lo lamentable que sería que las autoridades del distrito capital y del municipio cercano de Soacha, permitieran construir o desarrollar proyectos urbanísticos en toda esa zona totalmente inundada que se observaba al lado y lado del ingreso a la capital del país, pero sobre todo en la margen derecha ingresando; inundaciones que no solo estaban en esos predios si no que se extendían hasta bien adentro de Bogotá sobre la autopista Sur, muy cerca a donde se ubican dos grandes hipermercados o almacenes de cadena uno de ellos de origen francés.
Precisamente de esos dos almacenes y de algunos más apostados por allí se observaban letreros de grandes descuentos y promociones por la mercancía que se había alcanzado a dañar o porque las personas no podían ingresar a sus superficies comerciales, porque sus alrededores se encontraban totalmente anegados.
Pues bien, un año y medio después ya se observa, no que hayan comenzado construcciones en esos suelos, sino ya levantados verdaderos complejos habitacionales conformados por varias torres de apartamentos de seis y siete pisos de altura con sus avisos de venta o arriendo.
Lo peor, proyectos liderados por las grandes empresas de la construcción nacional y por las mas reconocidas cajas de compensación de Bogotá y del orden nacional.
Lástima pero creo que en un año o más estaremos viendo los reportes televisivos de la impotencia, la tristeza y la desesperanza de las familias que allí enterraron sus ahorros y sus sueños de tener casa propia. Ya lo veremos. Y las autoridades nacionales y locales, calladas sin mostrar ninguna preocupación por ello.
En nuestra ciudad tampoco estamos muy lejos de esos ejemplos de hacernos los ciegos con la planeación y los permisos, permitiendo que se construya en las márgenes de los ríos y quebradas y sobre laderas; dos ejemplos de los muchos que vemos aquí: un parqueadero que funciona donde era la zona de aislamiento del río Chipalo cerca a Entrerríos en la calle 79, saliendo hacia la Campiña muy cerca al puente sobre el río; el otro, esos conjuntos de apartamentos nuevos que se levantan sobre la avenida Ambalá con calle 60 a lado y lado, por donde todo el mundo sabe cruzaban quebradas y afluentes y son zonas de pendiente. Ojalá las tragedias allí no vengan después.
De otro lado, permítanme este último párrafo para referirme a la reciente visita del presidente Juan Manuel Santos a la ciudad.
No es que se quiera criticar ni ser ave de mal agüero, pero me pareció que pasó lo mismo que antes (hace dos años), mucho anuncio de apoyo para los problemas del agua y luego demasiada demora en los trámites y los giros reales.
Me pareció ver la misma foto de Santos, pero ya con dos personajes nuevos a su lado, y leer el mismo titular del 2010. Dios quiera que dentro de dos años, no volvamos a ver la misma foto, el mismo anuncio y las mismas promesas incumplidas por parte del Gobierno nacional.
Entristece ver como se permiten acciones sobre los territorios que luego tendrán graves y dolorosas repercusiones para sus habitantes.
Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ –GERSAN-
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