Una mejoría en la Metropolitana

Había señalado en este mismo espacio la preocupación que existía sobre el accionar de la Policía Metropolitana de Ibagué y si no era más bien un cuento bien echado, que una realidad del accionar de esa institución armada para frenar los índices de delincuencia y atacar los delitos que afectan a los ciudadanos de este capital.

Había señalado en este mismo espacio la preocupación que existía sobre el accionar de la Policía Metropolitana de Ibagué y si no era más bien un cuento bien echado, que una realidad del accionar de esa institución armada para frenar los índices de delincuencia y atacar los delitos que afectan a los ciudadanos de este capital.

Hay que reconocer que sin ser todavía lo esperado ni lo más extraordinario, en la percepción de la gente ha mejorado hacia la Metropolitana; claro que aún al dialogar con muchos se sienten inseguros en nuestra ciudad, conocen de casos de robos, raponazos, atracos a un familiar, conocido o compañero casi a diario.

Pero lo cierto es que esta mejora se debe a que de unas semanas para acá se ve a una policía en las calles, recorriendo avenidas y carreras de los barrios. Patrullando en sus vehículos, en motos o a pie más cercana a la gente, dando la impresión de que están cerca. Haciendo retenes para motos y vehículos de manera sorpresiva y en lugares donde nadie lo imagina y en horas poco comunes. Eso hay que abonárselo. 

Ojalá que esa estrategia de tener más policías en la calle y menos en la llamada “hora nalga” en oficinas continúe, porque definitivamente no hay como ver a un policía que recorra la ciudad, por fuera de sus espacios de confort en estaciones, CAI's o comandos. 

Una autoridad que esté en constante interacción con líderes comunales en sus actividades, en festividades; con empresarios y comerciantes en sus reuniones, encuentros, mesas de trabajo; en las ferias y espacios universitarios donde se comparte conocimiento con los nuevos ciudadanos del país verla siempre es bueno. Y en eso ha crecido su presencia.

En esa misma dinámica es hora de que se piense en atacar con más ahínco aquellas zonas rojas y vedadas para ellos mismos y los ciudadanos del común. Por ejemplo, los alrededores del cementerio San Bonifacio, la zona del Estadio y Los Mártires, el puente sobre el río Combeima- vía Boquerón, el centro en horas de la noche después de las 7, toda la zona de lotes detrás de Mercacentro 4, El Yuldaima y Las Vegas de ese mismo sector, el Gaitán y sus zonas cercanas a Onzaga, así como el barrios como Ancón y Pablo VI, por mencionar solo algunos.

Igualmente importante es que se dé un orden ya al tema de la movilidad y tránsito a través de su dirección especializada, porque sin duda alguna sigue siendo lo más atrasado. 

Un ejercicio sencillo es bajar desde el centro o tratar de salir del centro de la ciudad en horas pico o tratar de llegar a él desde las 2:15 a las 3:30; o tratar de cruzar por la 37 desde la Quinta hasta la Séptima; por la intersección de la avenida Guabinal con calle 25, así como desde la calle 18 hasta la calle 10, sobre la Quinta o la calle 15 desde la Primera a la Octava, o en la avenida Ambalá entre calles 60 hasta la 69. 

Para lograr esto no importa si el comandante de la Policía hace sus recorridos en helicóptero, en carro, moto, bicicleta o caballo, desde cualquiera de ellos lo puede ver y eso no puede ser objeto de discusión, lo realmente importante es que se ponga a operar la Policía de Tránsito en todo su esplendor.

Hay que seguir mejorando y trabando. A los héroes no se les puede ver y tratar como ciudadanos corrientes hay que exigirles trabajar diez veces más que el nosotros los comunes.      


Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ–Gersan

Comentarios