También, que cada día se habla con más fuerza de problemas de inseguridad en la ciudad. Así mismo, que nos hace falta mucho para tener una excelente agenda cultural o para atraer grandes eventos o conciertos.
Pero nada de ello es óbice para decir que Ibagué está plétora de jóvenes universitarios, que sin querer nos empiezan a dar los primeros pasos en concreto para convertirnos en una ciudad universitaria.
La llegada de nuevas instituciones empieza a mostrar una tendencia interesante, que seguramente un estudio con herramientas prospectivas nos permita ver con más claridad y crear escenarios preparatorios de ello, y ubicar a Ibagué como centro universitario del país para la clase media y baja.
Centros universitarios que le apuestan a la calidad como la Universidad de Ibagué, dan crédito de eso, y más y más jóvenes que siguen llegando un busca precisamente de dicho reconocimiento de calidad para la región.
También, el nuevo esfuerzo de la Universidad del Tolima -con su rector a la cabeza- por enmendar el curso en algunos aspectos y hacerse con el liderazgo de las necesidades del departamento y sus sectores productivos reales, porque sin duda es un símbolo para la región y un referente para la nación.
La Corporación Unificada Nacional de Educación Superior –CUN-, con sus ciclos propedéuticos atrae a jóvenes de Ibagué y el departamento que quieren graduarse a medida que la carrera avanza, como una opción que les permitirá insertarse en el mundo laboral antes de graduarse enfatizando sobre cómo solucionar fenómenos reales.
La llegada de Uniminuto siendo fiel a la línea filosófica del padre García Herreros, bajo su modelo praxeológico con medios, personas y comunicación le apuesta al saber y el actuar en un modelo de educación innovadora, ese es otro ejemplo.
La apuesta de la Ucooperativa por el tema de la asociatividad y cooperativismo, lo mismo que la Antonio Nariño y sus programas, La ESAP, la Santo Tomás, San Martín y otras que han llegado para aportar a la formación de los jóvenes –y no tan jóvenes-.
En sí mismo ese nicho de estudiantes, que aunque uno no lo crea varios son llegados de otras parte del departamento y del país, son un indicador de que si apuntamos en esa dirección, se trabaja un proyecto de desarrollo de ciudad y un plan especial de ordenamiento, obtendremos buenos resultados y daremos una nueva alternativa de vocación a nuestra ciudad.
Aquí se vive tranquilo, el costo de vida no es tan alto, estamos en un cruce de caminos de la nación interesante, hay conectividad aérea y terrestre, espacios para la diversión y el esparcimiento y una expansión urbanística creciente, incluidos nuevos centros comerciales y de servicios. No sería mala idea en la revisión que se comenzó a hacer a la visión Tolima 2025, que un aspecto como estos se tuviera en cuenta. Que tal nos llevemos una grata sorpresa.
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