Vamos a ver si escribiendo a estos dos personajes que representan el espíritu de la Navidad, las cosas van mejor en el país, en el Tolima y en nuestra maltrecha Ibagué. Pidámosle que por los méritos infinitos de su encarnación y su infancia el Niño Jesús nos dé por fin una solución a la problemática del agua potable para nuestros hogares ibaguereños, porque como vamos continuaremos en peleítas, disputicas, estudios, demoras, acusaciones mutuas pero CERO soluciones reales.

A Papá Noel, que nos traiga un costalado de policías de tránsito que se dediquen a eso: a mejorar el tránsito y la movilidad en la ciudad; que trabajen en las horas pico, que no se amontonen seis, siete y ocho de ellos en un accidente de latas, si no que vayan a justificar el sueldo en la 37 con Quinta, en la calle 25 con Guabinal, en las glorietas de la Ambalá con 69 frente a la Unibagué, y la de la carrera Quinta con calle 44; que dediquen unos minuticos al cruce de la avenida Guabinal con Arrayanes, a la calle 15 con carrera Quinta, donde ahora el trancón se trasladó una cuadra a la 15 con Sexta, y otros minuticos más a hacer presencia sobre la carrera Segunda entre las calles 11 y 14.

Que la sapiencia suma de ese Dios soberano que eres tú, Niño Dios, saque de las calles a cuanto taxista asesino en su forma de manejar vemos a diario sin control alguno, corriendo a toda velocidad y atravesándose a cuanto vehículo o moto se encuentra por la vía.

Tráenos en los renos Papá Noel, un plan de inteligencia y seguridad para la ciudad y así evitar que más gente siga siendo víctima de robos, atracos, cosquilleos, raponazos en el centro y en las zonas comerciales. Ah, y que cuadren las cifras oficiales de delito con la realidad que padecen los ciudadanos a diario.

Papá Noel, acuérdate de traer en tu bolsa de regalos miles botas pantaneras negras como las que tú usas, para obsequiarnos a todos los que aquí vivimos porque los huecos en calles de barrios y avenidas principales de la ciudad crecen y crecen y vuelven a crecer, como los peces en el río.

A los campesinos cafeteros del Departamento que están arruinados, empobrecidos y olvidados concédeles contar por fin con una dirigencia que se dedique a trabajar por ellos y para ellos, y no a informar sobre cifras, cuadros, miles de millones de millones de pesos supuestamente invertidos en las cuales sólo creen los comités departamentales y la Federación. Pero cuando se va al campo se ve que no es nada más que cifras y cuadros.

Vamos, pastores, vamos, vamos a Belén. Que ojalá pastores, vaqueros, recolectores y todos los demás no sólo puedan ir a Belén sino a muchos otros lugares del Departamento cuando por fin llegue plata para vías terciarias que son las que utilizan y más necesitan, porque el cuatro por mil del gobierno Santos quedó pensado para construir distritos de riego, vivienda y acueductos.

Y como todo lo que queramos hay que pedirlo por los méritos de tu infancia, Divino Niño Dios, no nos vayas a negar por fin contar con un Congreso que se dedique a pensar en el país, a legislar en beneficio de los ciudadanos y que no lleguen más reyes y “mágicos” allí, a reemplazar a tantos burros y bueyes presentes hoy. Amén.