La postura adoptada en días recientes por la Corte Constitucional de Colombia es apenas de mera justicia para con las regiones. El hecho de determinar que las regiones y organizaciones administrativas - políticas, es decir, alcaldías y gobernaciones sean tenidas en cuenta cuando se vaya a establecer zonas excluidas de actividades mineras es un paso importante.
Con esa postura la Corte, por supuesto, abrió la puerta para el debate ciudadano frente a aquellos temas que los tocan directamente y que, además, pueden variar de un tajo su actividad económica y de paso permear las condiciones sociales y ambientales de los municipios.
Esa mirada centralista, autoritaria, determinista y excluyente del Gobierno nacional y de sus institutos centralizados con desconocimiento total de las realidades de la provincia, quedó sin total poder de decisión, así sea por el momento.
Lo que debe seguir ahora, en el caso de departamentos como el nuestro, que tiene una amenaza permanente sobre la vida, el agua, la flora y la fauna con el macroproyecto La Colosa, que como se sabe hasta ahora nadie ha podido asegura de manera categórica que no tendría que utilizar el altamente venenoso cianuro en el agua para separar el oro del material rocoso, es qué pasa con todo lo relacionado con las consultas populares, la posibilidad de las comunidades de ejercer la verdadera autonomía territorial y decidir sobre su futuro en su territorio.
Ese, sin duda, será un segundo capítulo interesante para llevar a la discusión de las cortes y del Congreso de la República, para no permitir que las regiones sean devastadas en lo ambiental, corroídas en lo social, exageradamente mal recompensadas en regalías por el paupérrimo valor que se les da hoy, pero sí generando multimillonarias ganancias a las multinacionales como sucede hoy en el país y seguramente sucederá con La Colosa de permitir tal atentado contra la vida y la naturaleza.
Menos mal que esta determinación acertada de la Corte se produce en plena contienda hacia la presidencia de la república, porque tendremos la oportunidad los tolimenses de recordarle al presidente candidato Juan Manuel Santos, quien ha dicho -palabras más palabras menos- que en los casos como el de Piedras de consultas populares donde se rechaza la actividad minera, la comunidad no vale, su voluntad popular no puede ser tenida en cuenta, y nada puede detener la locomotora de la megaminería y mucho menos afectar las exorbitantes ganancias a las multinacionales.
Ese ejercicio pedagógico de recordación con los ciudadanos frente al candidato presidencial hay que mantenerlo permanentemente en todos los espacios ciudadanos, para que los tolimenses recordemos cuál será el legado que nos va a dejar en su segundo mandato si llegase a ser otra vez presidente de la República.
Lo que hay que decir a la gente de Piedras y a todos aquellos que quieran hacerse respetar en cuanto a qué quieren que sean sus territorios es: Adelante; esas luchas son las que valen la pena por las futuras generaciones.
De otro lado, esperemos que hayamos quedado con buena representación los tolimenses en el Congreso elegido ayer. Que estos hombres y mujeres no olviden trabajar por esta hermosa tierra y que son muchas las expectativas sobre ellos. Dios y destellos de su consciencia los hagan obrar correctamente.
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