No hemos sabido últimamente los colombianos qué ha ocurrido con la pérdida de más de 70 mil kilómetros de mar territorial de Colombia que la Corte Internacional de la Haya le dio al Gobierno de Nicaragua. Hay un silencio sospechoso en esta época preelectoral sobre un tema de tanta trascendencia no para el presente, sino para el futuro económico de la nación.
No sabemos qué ha ocurrido con las últimas decisiones políticas ni con la “defensa” del Gobierno nacional frente a ese nefasto fallo. Lo que sí sabemos, por algunos amigos y raizales que viven en en la isla y su archipiélago, es que una cosa es lo que dijo el gobierno Santos sobre que el fallo es inaplicable y nada ha cambiado frente a la soberanía colombiana en ese mar con sus zonas de pesca, de reserva natural y depósitos de gas, y otra muy distinta lo que dicen residentes, pescadores, algunos miembros de la Armada Nacional, los medios de comunicación de allí y las autoridades locales.
Mientras en la cabeza de la cancillerita nuestra y del presidente Juan Manuel todo sigue igual, las versiones de los que allá viven es que ya poco de soberanía colombiana hay, poca presencia de navíos y fragatas; mucho control de la fuerza naval nicaragüense, mucha restricción de ellos hacia barcos y pescadores colombianos.
No quisiera ser ave de mal agüero ni estar pensando mal del Gobierno nacional ni que acuerdos secretos y por debajo de la mesa se estén llevando a cabo para ir entregando mar calladamente, sin problemas, sin dignidad, sin reclamo, sin defensa de la soberanía y el derecho de nuestros compatriotas isleños; pero todas las versiones que llegan de San Andrés indican que esa es una verdad irrefutable de la cual sólo sabremos algo después del 7 de agosto, de resultar reelecto el presidente Juan Manuel, cuando sea anunciado eufemísticamente que para evitar problemas con los vecinos y no dañar los diálogos con las Farc nuestro mar ya se entregó a Nicaragua, eso sí a espaldas del pueblo colombiano y sus instituciones.
Lo digo públicamente -y para el registro de la historia-, espero equivocarme, pero todo indicaría que ya comenzó la entrega del mar a Nicaragua de manera soterrada y sin anuncio al país.
Preguntas varias: ¿Cuántos hombres de la Armada Nacional y cuántas de sus naves están haciendo presencia? ¿Cuántos hay en relación con los que habían hace un año? ¿Cuáles son los lugares exactos dónde están? ¿En qué zonas exactas están -latitud, meridianos y demás- pescando nuestros isleños hoy? ¿Cuánto dinero del presupuesto nacional quedó en esta vigencia para logística, armas, funcionamiento, mantenimiento, hombres, tecnología y demás para la flota desplegada en el archipiélago de San Andrés, en relación con el año anterior?
Ojalá sea la gente de San Andrés y el archipiélago la que miente, o mejor, es inexacta en sus apreciaciones e informaciones de primera mano frente a lo que allí sucede. Yo como colombiano no creo, por el contrario YO CREO lo que están afirmando. Con todo respeto también lo digo, no así a nuestra canciller y el presidente Juan Manuel, que parecería están vendiendo públicamente otra realidad frente a lo que está haciendo Nicaragua en “aguas colombianas”.
Al gran maestro de la literatura y del periodismo Gabriel García Márquez, gracias mil por enseñarnos otra manera de contar los hechos en el periodismo y por ser el mejor embajador de la imagen positiva de Colombia ante el mundo con su excelsa literatura. Que Dios lo tenga -no 100 años sino por toda la eternidad- en Macondo con miles de mariposas amarillas revoloteando a su alrededor.
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