Interesante, por llamarlo de alguna manera, la campaña electoral que se libró en nuestro país en las redes sociales a favor y en contra de los cinco candidatos presidenciales que se disputaban pasar a la segunda vuelta el próximo 15 de junio. Sin importar como haya quedado esa dupla definida ayer, lo cierto es que para estas tres semanas que quedan antes de volver a las urnas, seguramente las redes sociales volverán a ser una excelente plataforma para la confrontación ideológica.
Pero no sólo se trató de exponer ideas o preferencias electorales a través del Twitter, Facebook o Linkedin, por ejemplo, si no de mostrar fotos, audios, videos, publicaciones de los hoy mejores amigos como Santos y Petro, que antes eran acérrimos contradictores; ni que decir de Santos-Uribe, en sus épocas de luna de miel hace cuatro años, o de Germán Vargas con el propio Uribe- un solo corazón-, por ejemplo, y así sucesivamene: Peñalosa y Mockus, Clara López y Mockus, Marta Lucía y Óscar Iván, y en fin, muchas cosas graciosas que muestran la verdadera esencia de nuestra política electoral.
Las personas se las ingeniaron para dar nuevos elementos de juicio a los cibernautas frente a los protagonistas de la campaña política colombiana con comentarios que daban risa, indignaban, generaban sorpresa, otros que ponían a llorar, es decir, una demostración de que las redes sociales llegaron para ser parte de ese mundo de la política electoral en el siglo XXI y que las personas cada día están más prestas a usar elementos que les refresquen la memoria a los demás.
Y es que ese masivo movimiento de redes no es gratis ya que según el estudio de Futuro Digital Colombia 2013, divulgado por el periódico El País.com, el país es el cuarto en consumo de Internet de toda Latinoamérica, con más de 10 millones de usuarios.
Según los estudiosos del tema de la comunicación esto lo que está logrando es que entre los jóvenes, los estudiantes de la media secundaria, los universitarios, los ejecutivos, se esté dando una especie de “empoderamiento de la gente”. Ese empoderamiento lo que ha permitido es que dichos movimientos sociales salten de las redes a la realidad, sean una especie de herramienta que los catapulta, como cuando se dio el movimiento “no más Farc”, o “un chance para Estados Unidos” del presidente Obama, o la llamada “Primavera árabe” o las citas que se hacen los estudiantes universitarios en Venezuela para tomarse las calles, por ejemplo.
Eso, sin contar lo que le sucedió hace pocos días cuando el país se movilizó por la muerte de los 32 angelitos en la tragedia de Fundación (Magdalena), pero que a uno de nuestros paisanos en Ibagué estudiante de la Universidad Cooperativa -que no merece ser ni nombrado-, fue el único que pareciera que no le dolió ni le importó y que al parecer hizo gala de perversión suprema con el dolor ajeno. ¡Ah! Y a propósito, eso que no quisiera pensar –para que las autoridades investiguen las redes y cuentas sociales de este sujeto- si fue ese mismo “joven imprudente que hoy se disculpa”, quien hace un poco más de un año atacó en redes sociales a una menor de edad, estudiante de un colegio oficial que queda en el barrio El Jordán.
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