El accionar de la pereza

Nelson Germán Sánchez

Ha hecho carrera en Colombia y en especial en las jornadas de elección democrática o de decisiones colectivas que permitan a alguien acceder a un cargo público, el aplicar el viejo adagio de todo vale para sacar al contendor del escenario, sin permitirse medir fuerzas para ganar el favor de los electores de forma gallarda y clara.

Es decir, se quiere ganar por atajos, trampas, conspiraciones, denuncias, mentiras, lo que no se logra conseguir por méritos propios, por los resultados o la fuerza del trabajo y la disciplina. Casos están abundando por doquier en estos tiempos de jornadas electorales. ¡Ah claro! sí existen conductas que deban ser denunciadas y sancionadas por la justicia y por reacción social, así debe ser, en eso no debe existir término medio ni favorecimiento alguno.

Por ejemplo, más allá de cualquier consideración, lo que sucede con la denuncia puesta al candidato a la gobernación Óscar Barreto al tratar de viciar su inscripción ante la Registraduría por un supuesto error o tecnicismo legal, lo que se nota es un claro interés de dejarlo por fuera de la contienda, enredarlo, desconcentrarlo, desgastarlo ante la opinión.

Igual que con algunos candidatos a la Alcaldía municipal, acusándolos de una cosa o de otra, inventando sobre su pasado o sus capacidades.

Cabe recordar, que no hace muchos meses, los ibaguereños fuimos testigos de una guerra sucia entre consejeros, unos contra otros, otros contra el Presidente ejecutivo, denuncias, muchas veces inventos, exageraciones, tergiversaciones o malas interpretaciones de la norma con el firme propósito de poner a rodar la trampa y hacer el camino más expedito al perverso fin trazado, frente a la presidencia de ese organismo cameral de los comerciantes.

O como pareciera ser la actuación hoy de algunos en redes sociales para empañar la excelente acción académica y la gestión del actual rector de la Universidad del Tolima, José Herman Muñoz Ñungo, quien aspira a ser reelecto en su cargo.

Una cosa es que quienes aspiran deban estar sujetos al escrutinio público de sus vidas, su hoja de vida, méritos, capacidades, estudio, compañías, bienes , etcétera. Que se entere a la opinión si tienen cuentas pendientes con la justicia, situaciones de convivencia, si están investigados y por qué, si hay fallos en su contra para que el público, una junta o un consejo bien informado tomen la mejor decisión para todos; eso es indiscutible, así debe ser; pero otra muy distinta es que se invente o mienta, se digan verdades a medias para pescar en río revuelto y buscar adeptos a causas falsas con propósito non santos.

Lo que nos toca hacer a todos es estar bien informados, enterarnos de las situaciones y detalles por nuestros propios medios para tomar decisiones acertadas y, sobre todo, para no seguirle el juego macabro a quienes por su propia incapacidad personal y la manera oscura de actuar siempre quieren llegar por el camino más fácil. La pregunta obvia es ¿si ese es su actuar en la lucha para acceder a un cargo, qué tipo de trampas serán capaces de hacer una vez instalados allí? Con razón dicen que la pereza es la madre de todos los vicios y de los viciosos.

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