Todos contra José Herman

Nelson Germán Sánchez

Ahora que la crisis financiera por el flujo de caja que vive la Universidad de Tolima no pudo ser contenida más pese a los esfuerzos hechos por el rector José Herman Muñoz Ñungo, y evitar no poner en evidencia los desatinos estructurales que vive la Universidad desde hace más de 10 años, todo tipo de conjeturas se tejen y arman, así como se dejan ver los más oscuros y nefastos intereses voraces sobre la institución.

Desde todos los frentes aparecen mentiras, especulaciones, señalamientos, dedos manchados que acusan rápidamente e irresponsablemente, porque lo que les conviene es poner en el escarnio público a una sola persona, quemarla rápidamente en la hoguera de la opinión, darle sangre al pueblo, para así calmar los ánimos, hacer como que todo se cambia y renueva, para que nada cambie y se renueve.

Pareciera existir un interés real de que no se conozcan de fondo las razones de la debacle, porque entre más se comience a indagar, profundizar, más responsables saldrán a la palestra pública por acción u omisión.

Las razones son muchas: un desfinanciamiento de la educación pública colombiana, concebida desde el propio Estado siguiendo los libretos de organismos internacionales, exigencias como hacer acreditación institucional o de programas o acreditación de alta calidad de manera “voluntaria”, pero sin que se aumente un solo peso para funcionamiento de las mismas, es decir, algo como: ustedes construyan, estrenen, remodelen, actualicen, pero para mantener eso tengan la misma platica de siempre.

Además, todo recurso nuevo y para mantenimiento debe ser para instituciones acreditadas, y adivinen quiénes lo son en Colombia: las privadas. Piden internacionalización, segunda lengua y demás, pero no se gira el dinero para ello, pero que sí un aumentó en esos indicadores.

Por cumplir y elevar la calidad de la educación que ofrece a miles de tolimenses la UT invirtió, gastó, apostó a calidad de estudiantes y profes, cayó en la trampa nacional; sumado a esto continúo la política institucional incrustada de tiempo atrás del “sí” a todo: salidas internacionales, nombramientos de profesores de planta, estudios para doctorados y maestrías en el exterior, descarga horaria a profes, subsidios estudiantiles, bonificaciones a profes por cargos, apoyos a funcionarios, descuentos para estudio a todos, más puestos con la política laboral y aumento de sueldo para algunos cargos administrativos, aumento en prevendas convencionales; así como convenios que no benefician financieramente la Universidad sino a algunos por su ejecución.

Todo eso debe ser revisado con calma, cambiado, ajustado y reversado de ser el caso, para asegurar el futuro de la institución y de la enorme contribución social que ha hecho durante 60 años al Departamento. Así como para preservar el bienestar de más de mil familias de funcionarios y profesores, por eso, escuchar de odios y ecos a las intenciones politiqueras de turno, de llamados a quemar la casa, en vez de salidas y propuestas serias y sensatas, es un absurdo en este momento y en nada contribuye al futuro de la UT. La salida requiere del concurso de las mejores mentes y las mejores almas, como la del Rector, que es en últimas el único que ha dado la cara, propuesto salidas, asumido con estoicismo el desgaste público sin espejo retrovisor y ahora lo quieren echar a la hoguera. En una especie de todos contra José Herman para frenar lo que requiere conocerse de lo que le pasó a la UT. Además, la salida es nacional y necesitamos del Congreso, el Gobierno nacional y de más apoyo real de la Gobernación que es la que menos aportes entrega a la Universidad.

Comentarios