La esquizofrenia de Jamir

Senos que flotan en paisajes imposibles, aves sumergidas en escenarios prehistóricos, cuerpos que contrastan su desnudez con el infinito y amplios espacios de colores nítidos surcados por lampos de luz crean en quien los mire la idea de un universo onírico y surreal, atrayente en todo sentido.

Estas son las sensaciones que nos despiertan las obras de Jamir Eduardo Güiza, colgadas actualmente en la sala Darío Jiménez del Centro Cultural de la Universidad del Tolima.  

Son un conjunto de obras que el artista ha denominado “Esquizofrenia”, atendiendo quizá a esas distorsiones que se presentan en el ser humano entre la percepción de lo tangible y la imaginación de lo irreal. A este sinuoso término médico el maestro Güiza le da connotación artística y el resultado es una fiesta de colores y luminosidades de alta calidad técnica.

Atraen e impactan porque el artista ha logrado un equilibrio entre el abstraccionismo puro y la anécdota real que se percibe en sus imágenes, precisamente esos senos, esos cuerpos, esas aves y esos rostros que refuerzan la escenografía montada con el pretexto inefable de la luz.

Obras que, por su naturaleza onírica, son presencias teatrales, como si el color fuera un espectáculo o como si la luz, puesta en escena con lamparazos amarillos o blancos, formara con sus contrastes unos ambientes atractivos que atrapan de entrada al espectador.

El maestro Güiza arma un escenario donde coloca las formas resaltadas por colores luminosos, texturas que vibran ascendentes, empastes que rompen la paz de esos cielos de diferente colorido.

Es una propuesta muy sólida, en la medida en que hay unidad temática y calidad artística, un manejo profesional de las herramientas que le permiten al artista llegar al lenguaje que necesita su espíritu para expresar su pensamiento.

A propósito, dice en la presentación del catálogo que acompaña la exposición el pintor, crítico e historiador del arte, maestro Manuel León Cuartas: “Su obra articula medularmente el ritmo de los enlaces cromáticos con los espacios circundantes y los timbres colorísticos expansivos a manera de partículas orgánicas que figuran recónditas imágenes, identidades primigenias del proceso histórico de nuestra cultura”.

El artista maneja en sus obras un color contundente y por eso reflejan gran destreza técnica y gozosa intención estética.

Debo resaltar que por la calidad de su obra, el maestro Güiza también participa durante este mes de octubre en la exposición “Hispanic Heritage” en la galería “Elíte fine art galleries” de Miami, USA, al lado de otros artistas de América Latina. 

Vale la pena pasar por la sala de exposiciones Darío Jiménez para observar el desarrollo de este joven artista que nos habla de mundos que todos conocemos pero que se hacen nuevos en el tratamiento de su obra.

Credito
BENHUR SÁNCHEZ SUÁREZ

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