“El discurso crea realidadâ€. En Colombia, el discurso polÃtico ha puesto a la palabra DEMOCRACIA en la periferia y a jugar un papel adjetivo. Más que de DEMOCRACIA en sÃ, se habla del tono democrático de la seguridad, de la prosperidad, de la legalidad, de la izquierda y de la derecha.
En los últimos años, la SEGURIDAD democrática, la PROSPERIDAD democrática, la LEGALIDAD democrática son conceptos que han emergido para construir las agendas de gobierno nacional y en su respectivo orden están sus promotores: Ãlvaro Uribe Vélez, Juan Manuel Santos y Antanas Mockus.
La gente asocia el discurso y la praxis polÃtica de Gustavo Petro en la IZQUIERDA democrática y el de Germán Vargas Lleras en la DERECHA democrática. A ninguno de ellos parece disgustarle la asociación.
La conciliación y coordinación de la DEMOCRACIA REPRESENTATIVA y la DEMOCRACIA PARTICIPATIVA que nos propone la veinteañera Constitución PolÃtica de Colombia fue tema de la agenda polÃtica nacional y local en la primera década de la carta fundamental. Ese tema quedó aplazado con el tratamiento adjetivo y periférico que se le ha dado a la democracia en los últimos 20 años.
La DEMOCRACIA en Colombia no puede darse por sentada. La DEMOCRACIA en Colombia sigue siendo anhelo, visión, fuerza inspiradora, hoja de ruta, faro, apuesta, opción. Es menester mantenerse en pie de lucha cotidiana para labrarla, en estado de vigilia permanente para esculpirla, en estado permanente de inspiración para acicalarla.
Hay que poner la DEMOCRACIA, de manera sustantiva, en el centro del discurso polÃtico colombiano.
La Democracia al centro, exige apuestas para alcanzar de manera simultánea y sinérgica, una democracia segura, productiva, justa, incluyente, sostenible, soberana e institucional.
La seguridad, la productividad económica, la inclusión social, la equidad, la sostenibilidad, la soberanÃa, la institucionalidad, son necesarias apuestas subsidiarias, fibras que se debe entretejer al servicio de la Democracia y en sus formas adjetivas deben robustecer y acicalar a la Democracia.
Una Democracia sustantiva y en el centro del discurso polÃtico, segura, productiva, justa, incluyente, sostenible, soberana e institucional ha de ser el marco de referencia y la cancha rayada para reflexionar y actuar en aras de profundizar los procesos descentralizadores que lejos de reversarse deben enraizarse más en la vida polÃtica, administrativa y fiscal en Colombia.
Igualmente, la DEMOCRACIA sustantiva y al centro de la agenda nacional debe enmarcar la retoma de esa lección que nos daban en la cÃvica básica cuando nos hablaban del equilibrio entre las tres ramas del poder público, donde la rama legislativa concebÃa y hacÃa las leyes, la ejecutiva las desarrollaba y ponÃa en práctica y la judicial velaba por su cumplimiento y protección. Ahora lo que se ve es que casi todas las leyes las promueve y las hace poder ejecutivo, el poder judicial termina coadministrando con sus sentencias y el poder legislativo en muchos casos perdió su iniciativa en el arte de legislar.
“El discurso crea realidad”. En Colombia, el discurso político ha puesto a la palabra DEMOCRACIA en la periferia y a jugar un papel adjetivo. Más que de DEMOCRACIA en sí, se habla del tono democrático de la seguridad, de la prosperidad, de la legalidad, de la izquierda y de la derecha.
Credito
ALFREDO SARMIENTO NARVÁEZ
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