Competitividad Social del Arroz, (II)

Alfredo Sarmiento Narváez

Prosigo con mis comentarios a las propuestas de Silverio Gómez, director de Induarroz a propósito de la competitividad del arroz.

Es natural coincidir en que la financiación del almacenamiento y trilla de arroz es un factor estratégico para la competitividad de la cadena; en esa perspectiva, un vocero de la Industria del arroz está llamado a celebrar los esfuerzos que adelanta Fedearroz cuyas inversiones en construcción de plantas de secamiento, almacenamiento y trilla al servicio de los agricultores, se han adelantado de manera simultánea con los de mejoramiento para elevar la productividad en los cultivos.

Avanzar hacia la industrialización y comercialización es derecho incuestionable para los productores primarios del arroz, como también estarían en su derecho los históricos industriales del grano de hacer innovaciones en su forma de relacionamiento con los productores que los abastecen con materia prima, buscando generar fórmulas verdaderamente ganadoras para todas las partes del encadenamiento.

Cuando el vocero gremial de la industria arrocera habla de la necesidad de un sistema de información único y confiable es menester que precise ante la opinión pública que aspectos son necesarios afinar en la ya consolidada relación entre el Departamento Administrativo Nacional de Estadística y Fedearroz; hasta la fecha, este trabajo interinstitucional ha redundado en cifras y números confiables para la toma de decisiones del sector. Hay alguna objeción sobre parcialidad o manipulación de cifras propias del sector? Propone Induarroz concurrir de manera subsidiaria en los esfuerzos interinstitucionales entre el Dane y Fedearroz?.

Arriesgar comparaciones de productividad en arroz entre países unos tropicales y otros subtropicales puede conducir a erráticos diagnósticos y fragmentarias conclusiones. Hay que pensar globalmente, sin duda, pero no hay que forzar las circunstancias locales en el marco de las cuales desarrollamos nuestras posibilidades existenciales. Las horas sol y las realidades climáticas no son parámetros comparables entre los diversos países que producen arroz; el diablo está en los detalles y un problema nace de aquel detalle que no se tiene en cuenta.

La competitividad social de la cadena del arroz debe permitir generar riqueza económica con productividad real con distribución equitativa de los ingresos de la cadena entre los distintos eslabones, sostenibilidad ambiental, innovación, aporte a la seguridad alimentaria, inclusión económica de pequeños, medianos y grandes productores en procesos industriales y de comercialización.

De estos círculos virtuosos germinarán los beneficios para el consumidor final, último y principal usuario de la cadena. Necesario e imperativo ver a todos los eslabones de la cadena agroindustrial del arroz, haciendo un pacto por Colombia y por la equidad que propone el Gobierno nacional, como visión orientadora del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022. La confianza, es el punto de partida.

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