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Y es que, a pesar de que con regularidad centenares de ciudadanos viajan a sus trabajos y escuelas pasando por la carretera que conecta la glorieta de Los Arroyuelos con la rotonda de La Estación, estos puentes escultóricos pasan tan inadvertidos que las nuevas generaciones ignoran su existencia o, tácitamente, la desconocen.
Es el caso de Juan Sebastián, quien a pesar de estar esperando el autobús a escasos metros de uno de los puentes de ladrillo rojizo, nunca se había percatado que allí se encontraba plasmada la figura de El Mohán. “Desde hace años que vivo por la zona y jamás me había dado cuenta que esa figura existe, y estoy seguro que, tal y como me pasó a mí, muchas personas estarán en la misma posición, es decir, la del completo desconocimiento”, aseguró.
Historia
Hace 25 años, la Av. Ambalá era una vieja carretera destapada y de doble sentido, que conectaba la urbe con el caserío de El Salado. Sin embargo, por esa época empezó a proyectarse la modernización de esta neurálgica vía, proceso que tomaría algunos años.
“Esta es una historia de la Ibagué rural, pues cuando el proyecto de la Ambalá fue tomando forma, se quiso resaltar este importante paso, instalando los puentes con sus esculturas. Lamentablemente, con el tiempo, algunos de ellos se fueron perdiendo, al punto que hoy solamente conservamos cinco de ellos, los cuales están bastante deteriorados”, comentó Yolanda Orozco, guía profesional de turismo y presidente de la Asociación Guías Profesionales de Turismo de Colombia - Capítulo Tolima.
La obra estuvo a cargo de Rosendo Gil Sanabria, célebre escultor y pintor ibaguereño, al que también se le reconocen otros trabajos como el demolido ‘Monumento a la Música’, ‘Sonata: homenaje al alma musical de los Tolimenses’ y el mural ‘Nosotros los Pijaos’. En los puentes que aún sobreviven, se puede observar las figuras mitológicas de El Mohán, La Patasola, La Madremonte, La Madre de Agua y La Candileja.
Falta de mantenimiento
Al olvido al que han sido sometidos estos puentes, se suma el abandono por parte de las diversas administraciones en lo que se refiere a mantenimiento, recuperación, inversión y promoción turística. Así las cosas, quien decida hacer un recorrido por todo el circuito, para conocer cada una de estas estructuras, se encontrará con que estas se hallan consumidas por la humedad y el moho, dotándolas de un aspecto maltrecho y ajado.
Por su parte, otro de los motivos que han influido en el deterioro de estos lugares, tiene que ver con el vandalismo que los ha azotado, al punto de que algunas de las delgadas rejas han sido robadas, los ladrillos desprendidos de la base, las plaquetas quebradas y algunas partes grafiteadas.
A pesar de todo lo anterior, el sitio sigue conservando un gran potencial turístico, el cual personas como Orozco intentan dar a conocer con su trabajo.
“Dentro de nuestras funciones está el velar para que en los Planes de Desarrollo estén contemplados estos sitios, pues constituyen una ruta que las personas pueden hacer en la comuna. Lastimosamente, este gobierno no ha querido ver eso, a pesar de que se lo pedimos a través de la Secretaría de Desarrollo Económico. Además, a aquella solicitud, nos contestaron de una manera muy displicente”.
“Lo que buscábamos cuando le escribimos al señor alcalde, fue que se adecuaran los puentes de una manera muy bien esculpida, dando a su alrededor algo en el que se evidenciara un gran cuidado ambiental y una buena señalización. No obstante, allí están muy inadvertidos, haciendo que esos relatos y valores se pierdan”, aseguró.
Por todo lo anterior, Orozco considera que es importante que el próximo gobierno contemple en sus rubros, un presupuesto para el mantenimiento de estos espacios patrimoniales y que no suceda que la Secretaría de Cultura los dejen al margen, como históricamente habría sucedido.
Relatos
Todos estos mitos tienden a relatar historias de mujeres, marinos y eventos sobrenaturales, de los cuales los pobladores de la zona rural del departamento pueden ‘dar fe’. Como explica Orozco, estas historias eran transmitidas oralmente, de generación en generación, lo que ha permitido que hoy puedan estar plasmadas en aquellos puentes.
“No es casualidad que estas esculturas se encuentren en los ríos pues muchos de los mitos sucedían sobre las cuencas del Tolima. Además, el lugar es muy estratégico, pues esta comuna 6 tiene muchos afluentes y muchos recursos hídricos”, agregó.
Así pues, repasemos la historias que se encuentran impregnadas en cada una de estas estructuras.
1. El Mohán:
Ubicado a la altura de la calle 68 y la avenida Ambalá, este puente nos presenta el mítico personaje de El Mohán, también conocido como El Poira, el cual suele refugiarse en lugares aledaños a las fuentes de agua, a la espera de robar con las mismas manos que sostienen su tabaco, a las damas más hermosas.
2. La Patasola
Ubicado sobre la avenida Ambalá a la altura del barrio Pedregal, en la calle 83, esta estructura retrata a La Patasola, un horrendo espíritu que merodea los campos con un sólo pie, luego de que su marido le cortase una de las extremidades al descubrir que esta le era infiel.
3. La Madremonte
Frente a la entrada de El Vergel, posa La Madremonte, rodeada de todo tipo de naturaleza, como no podría ser de otra manera. Esta mujer de diversos aspectos ha sido la encargada de regular la turbiedad de ríos y quebradas, a la vez que imparte justicia hacia aquellos hombres que dañan la naturaleza, violan la propiedad y toman como suya, la mujer de su vecino.
4. Madre de Agua
En la intersección entre la calle 62 y la Av. Ambalá, se encuentra el puente de La Madre de Agua, quien desde sus cuencas produce afables sueños en los que niños y jóvenes deliran con su cabello dorado, su blanca piel y sus hojaldrados ojos verdes.
5. La Candileja
Tres bolas de fuego ardientes atormentan a los borrachos, infieles y malos padres. En la Ambalá, cerca a la Hacienda Santa Inés, quienes se dedican a estos menesteres desde que San Pedro condenó a una abuela y sus dos nietas, por el simple hecho de ser alcahueta con ellas.
DATO:
A lo largo de la comuna 6, sobre la Avenida Ambalá se encuentran cinco puentes, con más de dos décadas de historia y que, a pesar de su gran valor, se desmoronan a pedazos.
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