El maestro, un hombre de sonrisa amplia, les informó que eso era una cumbia, tiempo desde el cual este ritmo colombiano no ha parado de sonar en todo el mundo.
El director de la orquesta, Luis Eduardo Bermúdez, compositor de más de mil canciones que muestran los abundantes colores musicales del país, fue más conocido como Lucho Bermúdez, el mismo al que el Ministerio de Cultura le rendirá un homenaje, declarando el 2012 como su año de celebración.
Este miércoles, el Ministerio adelantará en el Carmen de Bolívar un evento donde participarán la alcaldía de ese municipio y la Gobernación de Bolívar, para recordar sus canciones más celebres. Además, el 20 de julio habrá un concierto homenaje a su memoria, mientras que en noviembre se realizará un evento dedicado a la vida y obra del prolífico compositor.
El himno del corazón colombiano
Este músico fue reconocido en la mayoría de ciudades colombianas donde recibió placas, medallas, diplomas, llaves y menciones, todas en agradecimiento a su gran labor, a un legado inmortal, pues han pasado más de 16 años desde su fallecimiento y su música sigue brillando con luz propia.
José María Montes fue el encargado de que el pequeño ?Lucho? se interesara por la música, cuando le presentó la banda del Carmen de Bolívar. En ese instante, el tío abuelo jamás imaginó que el niño llevaría los ritmos nacionales a todos los lugares del mundo. Canciones insignias como ?Tina?, ?Colombia Tierra Querida? y ?Salsipuedes? se han convertido en melodías emblemáticas de este país que Luis Eduardo Bermúdez inmortalizó con clarinetes y trombones.
El maestro Bermúdez compuso porros con sus alegres tamboras, cumbias y merecumbés bailables, ritmos en los que incursionó y salió exitoso. ?Lucho? participó en las más importantes orquestas de su época como la Billo´s Caracas Boys, Los Melódicos, La Orquesta de Bebo Valdés y la Sonora Matancera, que pusieron a bailar a todo el continente.
Luis Eduardo Bermúdez nació el 25 de enero de 1912, y a sus cuatro años estudió el flautín y más adelante se convirtió en interprete del trombón, la trompeta y el saxofón, sin embargo, sus instrumentos preferidos siempre fueron la flauta y el clarinete, los cuales con sus dulces notas le brindan belleza a todas sus composiciones.
Era tal el genio y la creatividad musical del maestro que en 1952 fue invitado al Festival de Música Latinoamericana de La Habana, Cuba, donde dio a conocer internacionalmente su talento. Allí grabó para la radio con la Orquesta de Bebo Valdés y se presentó en la televisión de la isla.
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