En la vereda La Alsacia, en plena despensa agrícola de Cajamarca, se produce un plátano cuya calceta, para cuatro mujeres cabeza de hogar, ha representado no sólo sustento, sino, además, la forma de ofrecer alternativas en productos de gran utilidad.
Es un proceso 100 por ciento manual para llegar a más de 20 cotidianos objetos que, desde marzo de 2010, han venido desarrollando estas emprendedoras, con una materia prima que nunca ha dejado de ser generosa en los racimos de sus predios.
“Lo que inventamos, lo hacemos”, sostiene Rosa Rojas, presidenta de la asociación de mujeres AMA, que agrupa a estas luchadoras, y agrega que la idea es “no dejar acabar esta labor que no nos genera millonadas, pero sí nos sostiene”.
Si bien el conocimiento del campo ha sido fundamental para procesar el fruto que les brinda la tierra, las artesanías son elaboradas sin apoyo de capacitación, por lo que, considera, se sienten frágiles en cuanto a terminados y distribución.
Por ello, argumenta que la necesidad es que los encargados de formar empresarios les brinden opciones para optimizar sus procesos, y así seguir contribuyendo a la preservación de este patrimonio material y cultural.
Es de anotar que en el inicio del proceso eran siete mujeres, pero tres de ellas debieron retirarse por problemas de salud en sus manos, debido a quemaduras por la fricción con el material.
Las mujeres expusieron sus productos en una modesta y surtida vitrina que organizó la Corporación de Artesanos y Artistas, Corpoarar, en los bajos de la Gobernación.
La vereda La Alsacia de Cajamarca produce un fruto con el que cuatro mujeres cabeza de hogar no sólo subsisten, sino que entregan una alternativa más para el mundo de hoy.
Credito
HERNÁN CAMILO YEPES VÁSQUEZ
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