Él, Pedro José Castro Ortiz, es uno de los intérpretes de la música de acordeón en Aracataca. "Yo nací el viernes ocho de mayo de 1943, a las cinco de la tarde".
En 2009 fue galardonado en el Cuna de Acordeones, de Villanueva, en la categoría Primaveras del Ayer. Bastó mencionarle los festivales vallenatos que realizó este pueblo de Magdalena a mediados de los años sesenta y que, según los paisanos de Gabriel García Márquez, dieron inicio al Festival de Valledupar, para que abandonara el concurrido cortejo fúnebre en el que acompañaban el féretro del cantante popular Perro Negro, el pasado 20 de marzo (ver cuadro anexo).
Se hizo a un lado sin inmutarse por el fuerte sol y, en breve, a su alrededor había un círculo de personas interesadas en el tema: el profesor Robinson Múlfor Leyva; el director de la Casa de la Cultura, Ancízar Vergara; los músicos Efraín Rodríguez Polo -Patalán- y William Tejada, participantes en el conjunto Juventud Aracataca, y el historiador Franklin Benavides Calderón.
Ellos recordaron que fueron tres festivales los que realizaron en el municipio bananero. Aclararon, eso sí, que no se trataba de simples parrandas.
Pedro contó que Álvaro Cepeda Samudio, el escritor barranquillero, se apareció con dos furgones de cerveza, pues él estaba vinculado a cervecería Águila.
A Pedro Castro le pasó lo mismo que a Pedro Romero: no les dieron el premio de ganadores del festival de sus respectivos pueblos, Aracataca y Villanueva, para no dejar la sensación de que los organizadores los preferían por ser lugareños.
Credito
COLPRENSA
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