Petrini organizó este movimiento que hoy tiene sus brazos extendidos en más de 160 paÃses del mundo, a raÃz de la indignación que le produjo ver la instalación de un restaurante de hamburguesas en la Plaza de España, en Roma. Inició una lucha en contra, hasta que logró el cierre del establecimiento de este tipo de comidas rápidas
Se puede entender esta reacción cuando se trata de la plaza más importante de Roma por su belleza, su simbologÃa histórica y la hermosa escalinata que sube hasta la iglesia Trinita dei Monti, inaugurada por Benedicto XIII en 1725 con ocasión del Jubileo.
Pero esta posición también se la llevó a su ciudad natal, en el Piamonte de Italia, la comuna de Bra, y allà fundó el movimiento Slow Food, y estableció la sede, para trabajar contra la invasión de la comida rápida. Bra además es una población cuyos habitantes tienen fama de hacer todo con parsimonia, vivir lento, conducir lento, comer lento, y todo este ambiente llevó a Petrini a distinguir su importante campaña, con la figura de un caraco
Comenzó entonces a revivir la tentación por un plato de comida elaborado con ingredientes frescos, ecológicos u obtenidos de las prácticas de agricultura sana y cocinada con calma. Inició un ciclo para divulgar el pensamiento del respeto por el medio ambiente, por la cultura de los pueblos, de la cual la gastronomÃa es parte básica, y por el bienestar de los animales.
Slow Food comenzó a trabajar con los jóvenes por elevar el nivel que viene perdiendo la cultura alimentaria entre ellos, con las conocidas consecuencias de obesidad y enfermedades cardiovasculares. Una de las invitaciones mejor y sólidamente sustentadas en este movimiento, es la de lograr calidad alimenticia que permita obtener productos “buenos†que den placer, “limpios†para no ofender a la naturaleza y “justos†para que retribuyan con equidad a los productores.
Petrini y su trascendental movimiento, han llegado a formular manifestaciones de fondo, producto de sus talleres de análisis, como afirmar que el principal causante de los desastres ecológicos es la propia agricultura. Su protesta llega al umbral de la tecnologÃa de hoy cuando proclama que no se pueden producir alimentos para convertirlos en biocarburantes. Afirma que en el mundo se producen alimentos para 12 mil millones de personas, cuando solamente hay seis mil 300 millones de habitantes, de los cuales 800 millones se mueren de hambre y mil 700 millones son diabéticos.
Reflexiona la organización promotora del Slow Food, sobre asuntos no solamente atinentes con el uso de los fogones tradicionales, lo mismo que con la cocina y la comida pausada, sino que llama la atención mundial, en el sentido de que la gastronomÃa no solamente se relaciona con programas de televisión y revistas con fotos a colores de platos bellamente decorados. Invita a considerar que la multidisciplinariedad de la gastronomÃa comienza con los conocimientos básicos de zootecnia, agricultura, historia, antropologÃa y salud.
Advierte que en el mundo estamos a punto de perder los sabores auténticos, por culpa de la dictadura de la quÃmica sobre el suelo. Invita a conservar la identidad cultural de los pueblos mediante el conocimiento de las comunidades y sus costumbres y tradiciones. Se debe educar el gusto y tener claro que comer es un acto agrÃcola. (Notas tomadas de conferencias y entrevistas de Carlo Petrini).
Caldereta de cordero
Este es un estofado originario de la región de Castilla la Vieja, al Norte de España. Para 4 porciones compre 2 libras de carne de pierna de cordero y córtela en cubos de 3-4 cm. En una cazuela de barro o de cerámica, con 2 cucharadas de aceite de olivas, ponga a cocinar a fuego medio una cebolla cabezona, 2 cucharadas de cebollitas ocañeras y 4 dientes de ajo finamente picados, un pimentón rojo y 3 tomates maduros y pelados cortados en cubos de 1 cm de lado. Deje cocinar estos vegetales por 8-10 minutos hasta que ablanden.
Agregue el cordero, 2 cucharadas de pasta de tomate, 2 hojas de laurel, 1 taza de vino blanco y 1 taza de caldo casero de pollo o de carne y sal. Mantenga la cocción con la olla tapada hasta que la carne esté tierna, aproximadamente 1¼ horas. Reserve la carne. Mientras tanto prepare una mezcla de pimienta negra, 1 cucharadita de páprika, pimienta de Cayena (picante) a su gusto, ¼ de cucharadita de comino (opcional) y 3 cucharadas de miga de pan.
Retire de la salsa de la cocción, las hojas de laurel e incorpore la mezcla anterior de especias con la miga de pan. Cocine esta preparación revolviendo por 10 minutos hasta que espese la salsa. Incorpore el cordero de nuevo, caliente a fuego bajo, ajuste sabores, rocie perejil picado y sirva acompañado de algún vegetal caliente, como guisantes o habichuelas. Puede ofrecer también papas al vapor.
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