El pesimismo no es buena compañía

Son muchas las circunstancias del entorno que resultan complicadas y desesperanzadoras, pero es el momento que nos correspondió vivir y debemos afrontarlo de la mejor manera posible.
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Es posible que las circunstancias de muchos individuos resulten muy difíciles debido a la grave pandemia que nos afecta, a la falta de empleo o la inestabilidad en el mismo, las pocas oportunidades para crecer y promoverse, las limitaciones económicas, los problemas con la familia, las carencias afectivas, los problemas de salud, entre otros, motivos que le hacen ver la vida de un color más oscuro y eso se refleje en su actitud, en la forma de expresarse y en su comportamiento con los demás.

Y es un hecho que, si a las dificultades que cada persona enfrenta, les suma una actitud negativa, sus probabilidades de llevar una vida infeliz y amargada serán muy altas y además logrará hacer víctima de ello a las personas de su entorno laboral y familiar.

Por las razones anteriores es imperativo reflexionar sobre estos hechos y tomar la decisión consciente de cambiar de actitud. Por supuesto, no se trata de ignorar la realidad y debe saber que no es fácil ser positivos todo el tiempo, pero sí es posible avanzar en ese sentido y hoy es un buen momento para poner en práctica algunos comportamientos que pueden ayudarle a sentirse mejor.

* Revise sus amistades y tome distancia de aquellas que puedan influenciarlo negativamente. Las personas amargadas y tóxicas en nada le ayudan.

* Use un lenguaje positivo: evite decir ¿No puede acompañarme?, ¿No puede ayudarme? ¿No puede salir hoy? en su lugar diga: ¿Puede acompañarme?, ¡Puede ayudarme?, ¿Puede salir hoy?

* Vea lo positivo. Si una persona no le presta el dinero que le solicitó, no piense que es porque “no se le dio la gana”, considere que no tenía la disponibilidad.

* Ríase, aunque sea de usted mismo. Olvídese de aquello de que si se ríe mucho es porque algo malo le va a ocurrir; hágalo con la expectativa de que las cosas pueden mejorar.

* Disfrute lo positivo que le ocurra y no lo matice con la sentencia de que le han pasado tantas cosas buenas que seguramente ahora vendrá lo malo; o que “de eso tan bueno no dan tanto”. A pesar de las circunstancias, procure gozar cada una de las circunstancias buenas que le ofrece la vida.

* No haga de sus problemas el tema principal de conversación, no abrume a su interlocutor con detalles minuciosos de sus desdichas, ni se queje permanentemente.

* No se angustie por anticipado. Por ejemplo, no se preocupe por los resultados de la entrevista que va a tener dentro de quince días, en cambio, ocúpese en prepararse, leer la prensa, conocer sobre la empresa, organizar el traje que se pondrá, etc.

* Olvídese de sentirse la víctima, no consienta pensamientos como que nadie lo quiere, que es feo, que en la oficina le tienen envidia, que sus amigos lo buscan por interés, que sus compañeros abusan de usted, etc. Ello hace que su comportamiento con los demás sea poco amable y defensivo.

* Deje atrás las cosas negativas que le ocurrieron en el pasado, ya no las puede modificar; en cambio, esfuércese por utilizar esas experiencias para mejorar su desempeño.

Nuestro bienestar emocional y el de quienes nos rodean depende en buena parte de nuestra actitud ante las cosas, de la fortaleza, energía y optimismo con que las enfrentemos. Pensemos que siempre habrá razones para sentirnos desafortunados, pero también podemos encontrar razones para tener esperanza y ser positivos. En este momento tan difícil que enfrentamos es imperativo que apliquemos toda nuestra fortaleza y la mejor disposición posible para salir adelante; ello exige además, solidaridad, generosidad, creatividad y también disciplina para atender las recomendaciones que nos dan a fin de superar la gran pandemia y las consecuencias que de ella se derivan. Estamos a prueba.

Asesora y formadora en Habilidades Sociales y Productividad Personal.

macruztol@yahoo.com

Credito
MARTHA CRUZ

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