En su nuevo estado emocional, Báez sentencia que ‘Ya no creo en los cuentos’, tal como el segundo sencillo de su más reciente disco, y en el que pone una mirada más bien reflexiva sobre la situación del país.

Con esta composición, el artista quiere ganar la misma o mayor aceptación de la que gozó con ‘Déjame ser’, tema que abrió las puertas de este trabajo discográfico y que confirma su propuesta romántica.

“Ya han sido seis años de mucho aprendizaje, y de ser más seguro de lo que soy como persona”, afirma el cantautor tolimense, quien viajará con rumbo a México en otra faceta.

A ese país acudirá como compositor de la música original de ‘La fiesta del cabo’, de Robinson Díaz, no sin antes hacer un recorrido por el país, con las dos canciones actuales.

En su tierra

“Tengo el honor de estar en Ibagué, en mi tierra y compartir mi música”, asegura con toda firmeza este planaduno, quien ve como una gran oportunidad el haber compartido escenario con el bogotano Andrés Cepeda, en medio de la gira ‘Mil ciudades Tour’.

Y como dato curioso, confiesa, está el hecho de compartir con el intérprete de ‘Lo mejor que hay en mi vida’ y ‘Embrujo’ la experiencia de Bernardo Ossa como productor musical, en un disco que contendrá otras canciones como ‘Sangre y sal’, que anuncia como llena de optimismo.

Para esta nueva etapa de su vida, Báez se plantea ser más seguro de sí mismo, mostrar sus canciones a otros públicos, y casi que de manera independiente.

“No quisiera esperar que llegue el supermánager, sino ser honesto con lo que uno hace. Es tan solo dejar que la música haga su trabajo”, comenta.

Tiene un hijo de 11 años, que espera siga sus pasos, ya que, por lo menos en su vida, tal como lo ha pensado siempre, “uno no escoge la música, sino ella lo escoge a uno. Me ha dado todo lo que soy y lo que quiero seguir siendo”.

La segunda canción

Y aunque piensa grabar una versión en salsa de ‘Déjame ser’, anuncia que vendrá ‘Ya no creo en los cuentos’, con un cambio de chip en su estado emocional hacia no seguir toda esa publicidad de la felicidad que se da en el día a día, por eso su letra reza:

“No quiero saber quién va a ganar, no quiero triunfar y fracasar al mismo tiempo (...), no quiero reír luego llorar (...). Me cansé de seguir enredado en tu cuerpo, amarrado a tu risa, ya no creo en los cuentos”.