¡A donar pan!, conozca al extranjero que dedica parte de su emprendimiento para ayudar a los demás

Crédito: Suministrada - EL NUEVO DÍA
A pesar de las adversidades, muchos ciudadanos se reinventan y siguen en la batalla para salir adelante en esta compleja situación que afronta el mundo.
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Dado es el caso de Jerome Materna, un belga que llegó a Ibagué hace un año y dos meses, y encontró en la panadería la manera no solo de sostenerse, sino de aportar un ‘granito’ de arena a quienes más lo necesitan.

El empresario proveniente de la ciudad de Mons en Bélgica, llegó a tierras tolimenses luego de enamorarse de la ibaguereña Johana Arango, a quien conoció hace más de cuatro años y con quien ahora tiene una hija de un año y 10 meses.

Inspirado por el amor de su familia, Jerome abrió su local de waffles en abril pero debió cerrar por la emergencia sanitaria. No obstante, esto no fue un impedimento para que siguiera trabajando en obras sociales como ya lo hacía en su país.  

Materna es arquitecto de profesión y amante de la cocina por pasión, fue de esta manera que los miembros del Club Rotario Ibagué Ciudad Musical, al que se encuentra afiliado, descubrieron que el empresario hacía su propio pan, por lo que sus compañeros empezaron a comprarlo. 

Posteriormente, él decidiría que parte de las ventas de este manjar se destinarían para donar el producto en fundaciones, hogares de paso, y barrios vulnerables de Ibagué. “Tengo un negocio de waffles que abrí 15 días antes de la cuarentena, así que me tocó cerrarlo, y me quedé sin hacer nada. Como soy parte del Club Rotario, ellos comenzaron a comprarme pan, y así buscamos la manera de hacer una obra social. Poquito a poquito creció la iniciativa y ahora tengo una empleada”, afirmó.

¿Cómo funciona la obra?

Por cada cinco mil pesos de compras, Materna dona un pan, y cuando completa alrededor de 30 o 40 panes, él mismo los lleva a los diferentes sitios en los que hará la donación.

Es así que ya ha llevado los productos a la parroquia La Medalla Milagrosa, el barrio Las Delicias, al Divino Niño así como a una invasión ubicada detrás del barrio; al Jardín de los Abuelos, y hogares de paso, entre más lugares.

El empresario hace este ejercicio una o dos veces por semana pero su meta es poder hacerlo todos los días y así llegar a muchas más personas que lo necesiten.

Para quienes quieran apoyar la causa pueden comunicarse al número 3208454404.

“Todos comemos pan, y esta es una buena forma de hacerlo”, finalizó.

Credito
EL NUEVO DÍA

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