A través del equipo periodístico de Q’Hubo Ibagué, el joven Johan Alejandro Cruz, de 33 años, denunció el pasado 8 de enero, la pesadilla que vivió en año nuevo por cuenta al parecer, de una negligencia y mala atención médica.

De acuerdo a su testimonio, mientras pescaba el 28 de diciembre, resbaló en un río de La Dorada (Caldas), ciudad donde reside, por lo que fue trasladado al hospital San Félix de esta misma localidad. Allí, le enyesaron el brazo y le informaron que debían operarlo.

No obstante, como no estaba afiliado a una EPS ni tenía la cédula, pues se le había perdido, le indicaron que primero debía afiliarse para poder ingresar al quirófano. Además, le informaron que, como era 29 de diciembre, debía esperar hasta después de año nuevo.

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Empeoró sin ayuda

La pesadilla continuó, el joven sufría de dolores incesantes y fiebre mientras continuaba hospitalizado, hasta que completó una semana interno en el hospital. Cuando un médico lo revisó el 4 de enero, para hacerle la cirugía, se dieron cuenta que su brazo estaba “putrefacto”.

En ese momento le hicieron un lavado y le quitaron la piel muerta, con el objetivo de hacerle la operación en ese estado y para ello debía esperar dos días.

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Fue gracias a un doctor que se enteró de su caso y lo trasladó hasta la Clínica Avidanti de Ibagué, donde le salvaron la vida por medio de la amputación de su brazo.

Lo que empezó como una simple fractura, algo común y remediable, acabó en la pérdida de su extremidad.

Conozca la historia completa, el testimonio de la víctima y el desenlace haciendo clic aquí. Prevéngase y que no le pase.

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