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Tras la conmoción que generó en la comunidad educativa el fallecimiento de la hermana Norys Cecilia Arellano Beltrán, quien fungía como rectora de la IE Fe y Alegría de Armero - Guayabal, un nuevo sentir, esta vez de malestar, afloró recientemente por cuenta de la designación de la persona que estará al frente del plantel.
A través de una protesta, al parecer liderada por los estudiantes de undécimo grado, se expresó el pasado lunes el inconformismo de los alumnos por la asignación de Óscar Alba, ciudadano externo a la comunidad religiosa, por parte de la Secretaría de Educación del Tolima.
Fue así como estudiantes, padres de familia, e incluso exalumnos se congregaron a las afueras del plantel fundado hace más de 30 años, tiempo durante el cual ha estado bajo el mando de miembros de las Hermanas Terciarias Capuchinas.
En defensa de la tradición
Ante la relevancia del acto, la emisora local Armero Estéreo 92.7 transmitió a través de Facebook lo que sucedía en aquel momento. Fue así como entre los presentes, un joven con megáfono en mano expresó: “El colegio siempre ha tenido un legado religioso, de amor, que nos enseñó la hermana Norys, y no queremos que llegue un externo a acabar lo que ya está, queremos que siga esto tan bonito que tiene Fe y Alegría”.
Aunado a ello, un exalumno tomó la palabra y aseguró que respaldaba a los estudiantes con el ánimo que, lo que denominó legado, continúe. Otra de las voces correspondió a la de una madre de familia, quien mencionó que: “En la comisión que habló con el Secretario de Educación en Ibagué se aclaró que queríamos una rectora o rector religioso”.
Y agregó: “Desde que se fundó (el colegio) siempre ha estado con una religiosa, y eso es lo que nosotros queremos como padres de familia, que se nos respete esa petición. No tenemos nada en contra del señor rector que nombraron, él simplemente obedeció órdenes”.
Precisamente sobre el nuevo rector, un estudiante de undécimo grado dijo: “No es justo que venga otra persona, de un momento a otro decir, venga ábranme la puerta que voy a entrar, no es justo que vengan así como a la fuerza”
Y apostilló: “Queremos que siga la hermana Ana, ya ella vino y se presentó con nosotros, habló mucho con los estudiantes, más de uno la ha visto, mantiene haciendo compañía a los estudiantes”.
“Eso no se rompe de la noche a la mañana”
A su turno, Óscar Ariza, coordinador del colegio, aseguró que el paro, que tuvo lugar durante el lunes y martes, ya se levantó y desde ayer se retomaron las clases para los niños, niñas y adolescentes de preescolar, primaria y secundaria.
Según contó, los estudiantes dieron un compás de espera con el ánimo de conocer cuál será la nueva determinación de la Secretaría de Educación, dependencia a la que en su concepto se enviaron las hojas de vida de uno de los 26 docentes del plantel y la suya, para considerar respecto a asumir la rectoría.
No obstante, mencionó que el 19 de enero de este año ya se habían allegado documentos a la cartera de Educación solicitando que uno de los miembros del colegio fuera elegido como encargado de la dirección.
En ese sentido, acotó que el 10 de enero, junto a una comisión, y en reunión con Julián Gómez, secretario de Educación, se requirió que por tradición y religiosidad se nombrara como rectora a una miembro de las Hermanas Terciarias Capuchinas.
Así pues, en tal encuentro salió a flote el nombre de Ana Victoria Iguarán, quien según el coordinador, cuenta con 15 años de experiencia en el ejercicio como rectora, pero no es docente oficial.
Ariza expuso que, ante las dificultades para que la hermana, quien proviene de La Guajira, y pertenece a la comunidad Wayúu, sea nombrada en el Tolima, a su juicio se acordó un tiempo para ejecutar los trámites necesarios.
Sin embargo, en lo que calificó como un ‘afán’ por nombrar un reemplazo, se efectuó el traslado del nuevo rector, quien recibió el rechazo de los estudiantes en medio de una situación donde existe una carga histórica y simbólica a considerar.
Y es que Ariza rememoró que tras la construcción de la institución, en un predio donado por la corporación Resurgir, luego de la tragedia acaecida en Armero en 1985, las Hermanas Terciarias Capuchinas fueron asignadas como rectoras del colegio.
Así las cosas, indicó: “El colegio Fe y Alegría se mantienen en los principios, ¿romper la tradición de 35 años y la religiosidad que han mantenido las Hermanas?, eso no se rompe de la noche a la mañana por decreto, es una de las instituciones que más profesionales y personales importantes para Armero ha graduado”.
La versión de la dependencia
Por su parte, Julián Gómez, secretario de Educación del Tolima, indicó que, en medio de diálogos que sostuvo en enero con la comunidad, esta sugirió a una persona, particularmente una hermana que, en su concepto, no cumple con los respectivos requisitos.
Así pues, señaló que mientras se analizan otros actores para ocupar dicho puesto, y ante el inicio del calendario escolar, se optó por trasladar allí a Óscar Alba, proveniente de Suárez.
“Los estudiantes ni siquiera mediaron palabra con el señor rector, cerraron el colegio, no le permitieron el ingreso y pues el rector dice que en esas condiciones es muy complejo laborar”, reseñó Gómez en torno al episodio de protesta.
Y agregó: “Citó al Consejo Directivo, y pues esto al parecer generó mayor inconveniente, porque al parecer la comunidad no admite que sea él, y pues en estos momentos sería la persona encargada mientras llega una persona de la comunidad, si lo consiguen, o sino seguirá allí, lastimosamente no podemos pasar por encima de la norma”.
De acuerdo con el secretario, la petición de la población consiste en que se designe un integrante de la comunidad religiosa como el nuevo rector, asunto sobre el que reiteró se revisan aspectos como estudios y experiencia.
Y es que, conforme a su relato, recientemente se recibió un acta donde se hace alusión al coordinador del plantel y un docente, como alternativas para tomar las riendas de la institución. Según precisó, la próxima semana estima tener una respuesta ante tales postulaciones.
No obstante, acotó que no contar con un rector representa dificultades para delegar funciones, atender la institución y sus integrantes e incluso gestionar temas administrativos.
¿Qué pasó?
El deceso de Norys Cecilia Arellano Beltrán, de 64 años de edad, en medio de hechos acaecidos a inicios de diciembre de 2022, y que fueron calificados, por personas cercanas, como un presunto ‘paseo de la muerte’, derivaron en que Simatol hiciera responsable a la U.T Tolihuila del fallecimiento, sin embargo, queda en el aire la inquietud de si tal señalamiento originó algún tipo de seguimiento.
Norys Cecilia Arellano Beltrán. Tomado de redes sociales/EL NUEVO DÍA
Llamado
Gómez agregó que, si bien acogen la solicitud de la comunidad, “ellos deben entender que no podemos nombrar a cualquier persona por capricho, y a lo que hemos llamado es al diálogo, la concertación”.
“Este rector tiene un acto administrativo, (invitamos) a que se den la oportunidad de conocerlo, saber si esta persona es juiciosa y trabajadora y les va a permitir seguir avanzando en lo que se requiere”, apostilló el secretario.
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