Don Fernando, el hombre que rescató una importante tradición del municipio de Honda

Crédito: SuministradasUn buen hondano ha probado 'La forcha de fercho'.
Durante años, personas de la tercera edad vendieron la famosa "forcha" en Honda. Lamentablemente, ya fallecieron, pero dejaron un importante legado.
PUBLICIDAD

Honda, uno de los municipios más calurosos del departamento del Tolima, posee una belleza sin igual en sus calles y viviendas que con estilo colonial cautivan a los turistas. Con una gastronomía basada en el Río Magdalena, el nicuro se ha convertido en uno de los platos infaltables en la mesa de los hondanos. Sus puentes, el paso del caudaloso y amenazante río más grande del país, la plaza central, el parque principal cobijado por frondosos árboles, el viento ardiente, los mosquitos; pero, sobre todo, hay algo que lo identifica y que pocos conocen: su larga tradición por la venta de la forcha.

 m

Pero, ¿qué es la forcha? Según contó el señor Fernando Zamora, de 51 años de edad, quien actualmente es el único forchero del municipio, es un “gustico” tipo postre que viene en presentación de espuma blanca con un sabor refrescante, resultado de la mezcla entre la colada de harina de trigo, canela, clavos, panela, azúcar, hoja de limoncillo, vainilla y salsa de mora. 

m

Zamora explicó que la forcha nació hace aproximadamente más de 120 años en el Quindío y se expandió hacia el Valle y el Tolima. Recordó que la persona que le enseñó a prepararla era un anciano de aproximadamente 82 años, quien toda su vida sostuvo a su familia con la venta de este inusual postre. Incluso, señaló que su maestro aprendió de su padre, quien también era otro anciano.

Puede leer: Ventas por más de $10.000.000 en artesanías de barro, palma real y pindo, café y achiras del Tolima

El señor Fernando partió desde Ibagué hace algunos años hacia el municipio de Honda para retomar una tradición que algunos habitantes creían extinta. Los tres forcheros que deleitaban a la comunidad fueron partiendo de este mundo por su avanzada edad. Eran vendedores ambulantes mayores de 80 años y, de allí, nadie más aprendió cómo prepararla.

Con su barril, Zamora recorre los pasadizos de ‘La Ciudad de los Puentes’ promocionando con un megáfono en mano “la forcha de fercho”. En diálogo con Q’hubo Ibagué, reveló cómo ha sido su experiencia de vida con su trabajo informal, que no solo le ha dado el sustento diario, sino también la satisfacción de saber que rescató una tradición que por poco se queda en el olvido. “Yo llegué aquí y retomé algo que dejaron nuestros antecesores. A la gente de aquí le gusta mucho, pero no más que a los extranjeros, quienes quedan confundidos con el sabor porque no logran descifrar de qué se trata, pero piden más. Lo comparan con un licor pero claramente no lo es”.

m

Además, reconoció que, aunque no todos los días son buenos, la venta de su producto en vasitos le ha dado lo necesario para sus gastos diarios. Incluso mencionó que: “haciendo cuentas, yo al mes me hago lo del básico. Si al día invierto $50.000 en materia prima, es común que de ganancia saque $100.000”. Por lo que resulta ser un empleo rentable, aunque le pase factura en otros aspectos. Don Fernando manifestó que, a pesar de agradecer por su trabajo, los fuertes calores y su larga exposición al sol le han ocasionado problemas en su salud.

Además:10° Encuentro de Tolimenses: innovación para el desarrollo

¿Cómo se prepara?

El “gustico”, como le llama él, tiene un proceso bastante preciso que, si no se sigue paso a paso, resulta en pérdida.

Explicó que la colada de harina de trigo se mezcla con las especias ya mencionadas y se vierte en un barril de acero inoxidable (que anteriormente era de madera), con el fin de que fermente gracias a una base. Cuando esta base no ayuda a fermentar la colada, no se genera la tan anhelada espuma, por lo que el producto se daña y no sirve para la venta.

Por esto, en ocasiones, el clima, la forma de tapar el barril, entre otras condiciones, pueden dañar la mezcla. Una vez está empacada en el barril para fermentar, el señor Fernando hace su mermelada de mora con la que decora la preparación. Cocina la fruta, la licúa, cuela y mezcla con harina y azúcar morena para lograr la consistencia espesa.

 

Dato curioso: Los turistas de la ciudad de Bogotá arriban a Honda en busca de un “ponche”, refiriéndose a la forcha.

 

Credito
REDACCIÓN WEB

Comentarios