Tras un periodo de intensas sequías y altas temperaturas, los ganaderos de los municipios de clima cálido finalmente reciben con aprobación las recientes lluvias. 

Este cambio climático representa un respiro para el sector, especialmente en regiones como Natagaima y Coyaima, donde las condiciones extremas habían impactado negativamente la producción.

“Se benefician aquellas regiones de trópico bajo o clima caliente como Natagaima y Coyaima, desde que haya lluvias habrá pasto y eso se ve reflejado en la condición corporal de los animales”, aseguró Carlos Gustavo Silva, gerente del Comité de Ganaderos del Tolima. 

La llegada de las lluvias asegura el crecimiento de pastos, fuente principal de alimento para el ganado, lo que se traduce en una mejora en la salud y el bienestar de los animales.

Sin embargo, el gerente Silva también advirtió sobre los posibles efectos negativos del exceso de lluvias en las zonas de trópico alto del departamento. 

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“En estas regiones, las precipitaciones excesivas podrían dificultar la entrega de insumos necesarios para la actividad ganadera, así como el transporte de la leche y el movimiento del ganado”, mencionó. 

A pesar de esta salvedad, el sentir general entre los ganaderos de los municipios más cálidos es de optimismo y agradecimiento. Después de un largo periodo de dificultades, la lluvia se ha convertido en un verdadero “regalo de Dios”, como lo expresan algunos productores, representando una esperanza para la recuperación y el fortalecimiento del sector en estas zonas del Tolima.