Sin duda era una buena ocasión para que nuestras autoridades regionales, responsables de alentar y promocionar el consumo doméstico en bienes y servicios hubiesen lanzado desde la semana anterior una campaña recordando lo importante que es comprar en el Tolima.
No importa si lo que se consume sean alimentos, bebidas o algo complementario; o si son bienes de servicio, estadía y confort, o si se trata de prendas de vestir, zapatos, vestidos de baño, ropa íntima, deportiva o accesorios, lo realmente importante es recordar que tenemos oferta para una gran cantidad de personas que llegan, especialmente de la capital del país, otros que retornan y quienes nos mantenemos aquí pero hay que invitar a moverse.
El motivar ese consumo entre nosotros mismos invitando a recorrer el Tolima y sus atractivos turísticos, a tener nuevas sensaciones y placeres; descubrir encantos naturales y reencontrarnos con amigos y familiares, es definitivo para mantener viva la micro-economía, la economía local o en pequeña escala de la cual viven miles y miles de familias en nuestra región.
Por eso, la invitación hoy desde este espacio es a que pensemos primero en el Tolima, hay mucho que ver, recorrer, conocer, gozar, asombrarse; sabores gastronómicos distintos y exquisitos a lo largo y ancho de nuestra geografía: Desde Honda, pasando por Mariquita, Falan, subiendo a Líbano y Murillo, pasando por Lérida, Venadillo y Alvarado; por el otro, lado comenzando en Flandes, Melgar, Espinal y sus cocidos y harinas, Guamo y sus frutas y la tradicional Cubana, Saldaña y un rico viudo o Purificación con todos sus viandas y bizcocho incluidos los de manteca.
Y en Prado un paseito en lancha y una doncella, mojarra o dorada frita. En Ibagué, ni se diga, ya hemos llegado al estilo gourmet que encanta a paladares más finos.
Además contamos con una buena alternativa de compra ante ofertas y promociones de muchos objetos y artículos en nuestro comercio y sitios en los cuales pasear. Tampoco vamos a decir mentiras y ofertar lo que no tenemos. Pero de lo poco que tenemos sí podemos hacer una buena oferta.
No hay que olvidar que el trato cordial –no exagerado ni lambón- es lo que más nos gusta a todos cuando estamos de turistas o visitantes, por tanto, apliquémoslo como anfitriones. Brindemos una información precisa y oportuna. La Semana Santa es una buena oportunidad para seguir captando visitantes para las próximos períodos vacacionales. Así que manos a la obra y hagámoslo entre todos. Es momento de encontrarnos con nuestro departamento, de comprar y pasear por el Tolima. ¡Ah! Pero no olviden dedicar un espacio a Dios y a orar.
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