La implementación del voto electrónico en el sistema electoral colombiano tiende a generar posiciones polarizadas: desde el extremo de quienes consideran que el voto electrónico es la panacea que solucionará todos los males de nuestros procesos de votación hasta quienes creen que traer el voto electrónico implicará “importar” también los fraudes electrónicos que padecen otros países, y que se perciben como más sofisticados y complejos que los fraudes manuales.
Escuchar los argumentos de lado y lado, así como de quienes se ubican en el intermedio de estas posiciones, es lo que desde hace casi año y medio viene haciendo la Comisión Asesora para la incorporación, implantación y/o diseño de tecnologías de la información y de las comunicaciones en el proceso electoral, creada por el artículo 40 de la Ley 1475 de 2011.
Para el común de los ciudadanos es la Registraduría Nacional del Estado Civil la entidad encargada de implementar el voto electrónico en Colombia. Sabiamente en legislador entendió que la transformación que este proceso implica en sistema electoral debe involucrar una responsabilidad compartida entre todos los actores que participan en el proceso electoral, entre los cuales la Registraduría es sólo un actor más.
Es así como en la discusión sobre la implementación del voto electrónico, que se lleva a cabo desde el 14 de marzo de 2012, en el seno de la Comisión Asesora, participan la Organización Electoral, representada en el Consejo Nacional Electoral y la Registraduría Nacional del Estado Civil; el Gobierno Nacional, representado en los ministerios de Interior, Hacienda y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, así como Planeación Nacional; y los partidos políticos, que tienen asiento en la Comisión a través de un delegado debidamente acreditado por cada partido o movimiento político con personería jurídica.
Hasta ahora se han realizado 17 sesiones de trabajo, en las cuales se ha avanzado a una velocidad que cada cual califica como lenta o rápida, de acuerdo con la posición que tiene sobre la conveniencia de implementar el voto electrónico en el país.
La Comisión se dio su propio reglamento; repasó los antecedentes y experiencias sobre voto electrónico en Colombia; organizó una exhibición de tecnologías de voto electrónico en la que participaron 15 proveedores nacionales e internacionales; definió los aspectos mínimos a tener en cuenta para un modelo de voto electrónico; aprobó la realización de una prueba piloto para las consultas de partidos y movimientos políticos de septiembre de 2012, que finalmente no se pudo realizar por falta de recursos, pero ya se planeó para las consultas de septiembre de 2013, y actualmente avanza en el estudio de un documento elaborado por la Registraduría Nacional, que incluye tres modelos de voto electrónico que podrían adoptarse en el país, y que será presentado al gobierno nacional.
Dadas las implicaciones de la implementación del voto electrónico y los costos del mismo, es importante que las decisiones sean ampliamente discutidas, enriquecidas con el conocimiento y la experiencia de todos los miembros de la Comisión, y adoptadas mediante consenso, ya que se trata de una responsabilidad compartida que no recae exclusivamente en la Registraduría o en la Organización Electoral, sino también en el Gobierno Nacional y los partidos políticos.
Por la dinámica de trabajo de la Comisión Asesora, así como por los costos, no es factible pensar que para las elecciones de Congreso y Presidente de 2014 tengamos implementado el voto electrónico. Hay barreras jurídicas que es necesario sortear para que el voto depositado mediante sistemas electrónicos sea vinculante; hay barreras tecnológicas dado que de los 10.600 puestos de votación que hay en el país tenemos más de 2.400 sin energía eléctrica y al menos hay 100 puestos que funcionan en carpas, a la intemperie, y no se encuentran bajo techo.
En el foro “Garantías Electorales para el Fortalecimiento de la Democracia”, celebrado en el 22 de mayo en la Universidad del Rosario, en Bogotá, Barbara Simons, miembro de la Junta de Asesores de la Comisión de Asistencia Electoral de Estados Unidos, señaló que la experiencia internacional indica que para implementar el voto electrónico se requieren al menos 3 años. Brasil, pionero del voto electrónico en América Latina, tardó en su implementación cerca de una década. Así tengamos una elección nacional en menos de 10 meses, en la que sería ideal contar con sistemas de voto electrónico ya que el voto preferente en la elección de Senado y Cámara es complejo para jurados y votantes, es importante tomarse el tiempo necesario para analizar las distintas alternativas y tomar las decisiones que mejor convengan a nuestro sistema democrático.
Por lo tanto, para quienes quieren voto electrónico ya, al 100%, para las elecciones de 2014, quizás las noticias no son muy alentadoras, y para quienes se oponen por completo al sistema, las noticias tampoco son buenas. Vamos avanzando, sin prisa pero sin pausa, y con certeza tendremos voto electrónico en pruebas piloto, que empezarán en escenarios reducidos y se irán extendiendo paulatinamente, a medida que los resultados y evaluaciones, así como los recursos asignados, lo permitan.
Comentarios