La próxima semana, se estará aprobando en primer debate de plenaria en el Congreso de la República, el proyecto de Presupuesto General de la Nación (PGN) para la vigencia del 2022.
En el año 2016, el presidente Xi Jinping, decidió convertir a la China, en el gigante de la industria de las semillas y pesticidas, y le encargó a la empresa estatal ChemChina, adquirir diversas compañías en Europa, Israel y Suiza. Con la compra de Syngenta (US$ 43.000 millones), hoy ejerce el mayor control mundial del comercio de los agroinsumos y comenzaron a desarrollar cultivos transgénicos para garantizar los alimentos a los 1.300 millones de habitantes.
En las discusiones políticas que suelo tener en los almuerzos con amigos y grupos de chat, por lo general concluimos que, todos los males de este país nacen, crecen y mueren en el Congreso de la República.
Rabia e impotencia, es lo que uno siente cuando ve a los políticos y burócratas de este país, despojando al sector agrario de la institucionalidad que le fue creada para fomentar su desarrollo, sostenibilidad y competitividad.
Algunas de sus decisiones han recibido duras críticas por parte de organizaciones internacionales, pero al mismo tiempo tiene el más fuerte respaldo (88%) de la población de su país. Actualmente, es el mandatario más popular y mejor evaluado de América Latina. Me refiero a Nayid Bukele, el presidente de El Salvador.
No hay cosa que envicie más que las crocantes rosquitas o diabolines corozaleros hechos a base de almidón de yuca. En los aeropuertos de las ciudades capitales de la región Caribe, siempre están agotados. Si ProColombia, llega a promocionarlos en el mundo, se van a vender más que la Coca-Cola.
No hay cosa que envicie más que las crocantes rosquitas o diabolines corozaleros hechos a base de almidón de yuca. En los aeropuertos de las ciudades capitales de la región Caribe, siempre están agotados. Si ProColombia, llega a promocionarlos en el mundo, se van a vender más que la Coca-Cola.
No hay escena más dolorosa que la de ver una madre rogando una limosna para darle de comer a sus pequeños hijos. Los que vivimos en Bogotá vemos esta fotografía a diario en muchos semáforos y entradas a los supermercados. Pareciera que el programa nacional de educación y protección integral de niños y madres gestantes no existiera en la capital del país.
Tal como lo manifesté en la pasada columna, en estos tres años de legislatura que pasaron no se tramitó una sola iniciativa estructural que ayudara a eliminar las ineficiencias de los productores del campo e impulsara el crecimiento de la superficie y la productividad agrícola del país.