No parece posible ni aceptable que los temas de nuestro folclor, de nuestro patrimonio cultural, sean manipulados por quienes siguen creyendo que el tamal es algo para tragar y no para degustar y sentir que es algo que el tolimense lleva pegado a su espíritu festivo.

Cuando se prenden ventiladores poderosos en un estercolero, todos quedan salpicados y con un olorcillo de vísperas de jueves, especialmente si los untados hicieron parte de la misma pandilla.

Se sintió la ausencia de Olivo Saldaña, del excomisionado Restrepo, de la asesoría espiritual de José Obdulio, el primo de la estrella de la serie de moda y del Invercolsa que llora la pérdida del Rolex, en la conciliación que enrebequeció al país y tiene a unos parlamentarios y magistrados buscando albergue en pesebreras y al procurador de rodillas ante ídolos nuevos.

Conocí el caso de un estanquero que fue a la cárcel por un faltante de dos botellas de aguardiente y el de un ladrón que después de pagar condena por el robo de cinco pesos le tocó irse del pueblo porque se le negaba hasta el saludo, no le daban trabajo ni le vendían comida.

La lira y el arpa fueron invención de los dioses y la tambora fue creación de los hombres para alegrar los homenajes a los dioses y a los miembros de las comunidades que desde la antigüedad la utilizaron como uno de sus principales instrumentos musicales.

La fiesta popular, reiteramos, tiene como objetivos, entre otros, integrar, compartir, recrear y conservar tradiciones sin comercializar la alegría de la comunidad.

La fiesta se hace con plata o sin plata, fue el mensaje dado a la comunidad cuando se dependía de unos planes de desarrollo en estudio y por ser aprobados, y la comunidad le metió alegría a la organización del San Juan, alegría que aumentó cuando se anunció el respaldo de la alcaldía y la gobernación.

Los mitos dieron origen a los dioses y a las religiones. El dueño del poder, faraón, rey o lo que fuera, lograba reconocimiento de origen divino con el cuento de descender de una mujer concebida por un rayo de luz o un ser con poderes sobrenaturales, entre ellos la serpiente.

El sexo de los ángeles no hizo parte de mis preocupaciones y las discusiones que sobre el tema entretienen a los miembros del directorio conservador, que se reúne en Libro y Son me parecen tan inútiles como los reinados de belleza.

Esta parece ser la frase, lema o consigna de nuestros politiqueros, mafiosos, funcionarios corruptos, directivos de EPS y hospitales y demás depredadores del erario y el bienestar de los colombianos.