El 20 de julio, en Remedios, Antioquia, el ELN devolvió a dos líderes sociales secuestrados un mes antes, lo que no fue precisamente un gesto de paz, pues nunca debieron haber sido “retenidos”.
El país tembló con los escándalos de corrupción en la UNGRD, para comprar apoyos o satisfacer intereses regionales de algunos parlamentarios, pues entre los presuntos implicados también hay ministros y funcionarios de alto nivel que se han declarado inocentes.
El presidente Petro denunció ante el Consejo de Seguridad de la ONU el incumplimiento del Acuerdo con las Farc, porque el gobierno anterior quiso “hacerlo trizas” y el actual no ha logrado el Pacto Nacional por culpa de la mitad del país que se opone a la paz, lo cual no es cierto, para reconocer, al final, que el Gobierno no tiene plata para implementarlo.
No la tiene fácil la nueva ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Martha Carvajalino, en un sector donde hay mucho por hacer y todo lo que se haga es un aporte al desarrollo y a la paz.
Hace unos días la delegación gubernamental en los diálogos con el ELN, de la cual hago parte, emitió un comunicado denunciando dos violaciones al cese al fuego: el secuestro y asesinato de un policía y el reclutamiento de dos menores; hechos que son un botón de muestra, pues más miembros de la Fuerza Pública han sido secuestrados y asesinados, más menores reclutados y más comunidades desplazadas, confinadas, limitadas en sus libertades, sometidas a una justicia espuria y a rechazar a la Policía y el Ejército.
Volvieron las lluvias, el pasto creció y las 10 vacas de un pequeño ganadero recobraron su condición y producen más leche. Entonces compró abono para aprovechar las lluvias, aunque está caro, pero busca recuperarse del verano comprando silo de maíz a 20 mil pesos bulto, y también del menor precio que recibe desde hace meses.
Hace varios meses mencioné el Informe de la ONU que advertía “la expansión territorial y las estrategias de control social y territorial de grupos armados…”, como “un riesgo para la gobernabilidad…”.
En una reunión con la gobernadora del Meta, Rafaela Cortés, sentí a una mandataria con claridad sobre la urgencia de emprender proyectos transformadores de la realidad de su departamento; una región de cultura ganadera con otras opciones de desarrollo para continuar un exitoso proceso de incorporación económica y social de su gente.
Con la firma del Acuerdo 28 sobre el proceso de participación de la sociedad, concluyó otra ronda de diálogos con el ELN y también el punto 1 de la Agenda, cuyo objetivo era el “diseño” de dicho proceso por parte del Comité Nacional de Participación.
“En tiempo de desolación no hacer mudanza”, enseña ba Ignacio de Loyola a los jesuitas, para señalar que en tiempo de crisis no tomaran decisiones trascendentales, como califiqué en anterior columna las que podría tomar la Mesa de Diálogos con el ELN en la actual ronda.