Para el ser humano es fundamental el derecho a vida saludable, ambiente sano y reposo cotidiano, condiciones indispensables para desarrollar una existencia digna y tranquila. Lo es también, el derecho social de esparcimiento, ocio, diversión o recreación, ocupaciones que recuperan el organismo después de intensas actividades laborales o académicas. Análogamente lo es la libertad personal, para que el hombre como sujeto racional y responsable, ejerza su capacidad natural de regular y autodeterminar actos y acciones, sin ser sometido a esclavitud, servidumbre, trabajo forzado, trata de personas, secuestro u otra forma ilícita que prive su libertad.
Claro, muchos estan convencidos que los derechos son una calle ciega que termina en ellos. Luego, el derecho a descanso y diversión lo entienden como emborracharse, poner música a alto volumen y armar algarabía hasta el amanecer. Y, libertad la confunden con hacer su real gana, sin control personal y pisoteando los derechos de los demás. Infortunadamente, para estos casos, el Código de Policía, vigente desde hace 42 años, tiene sanciones y multas tan irrisorias que no hacen ni cosquillas. Y, agreguémosle que los colombianos somos bastante difíciles de entendederas y no captamos sino con dibujito o cuando nos tocan el bolsillo.
Por eso, el Nuevo Código de Policía, entre otros, incluye multas más saladas, trabajo social y cursos obligatorios de sensibilización y convivencia ciudadana, amonestación, represión en audiencia pública, prohibición de ingreso a espectáculos hasta por 6 meses, promesa de buena conducta, presentación periódica. Para establecimientos y propiedades que no cumplen normas, contiene cierre temporal o definitivo, suspensión o demolición de obra, decomiso, prevención y mantenimiento de predios, devolución de inmuebles arrendados y restitución de espacio público. Igual, faculta al alcalde para controlar consumos alcohólicos en vía pública e imponer multas a peatones invasores de ciclo rutas y vías de acceso para discapacitados.
Con el Nuevo Código, la Policía tendrá herramientas efectivas para aplicar a vecinos ruidosos. Para efectuar en máximo un mes, cierre definitivo de negocios de diversión nocturna que atenten contra la tranquilidad circundante. Para meter en cintura a construcciones sin licencia. Para someter a curso pedagógico o sanción económica inmediata, a quien protagonice riñas callejeras, ya que, siendo factor determinante en el aumento de la violencia en Colombia, la norma busca reducir muertos y heridos en dichos contextos.
También, reglamenta las prácticas de poder y funciones de la Policía, garantiza el ejercicio de derechos, libertades, deberes y obligaciones ciudadanas constitucionales y, asegura condiciones de convivencia exigidas en Tratados y Convenios Internacionales suscritos y ratificados por el Estado Colombiano. Entonces, si de verdad se va a aplicar el Nuevo Código de Policía, llegará el momento en que, aunque sea coercitivamente, tendremos un comportamiento ciudadano más civilizado, por ende, una mejor calidad de vida.
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