Son muchas las circunstancias del entorno que resultan complicadas y a veces desesperanzadoras, pero este es el momento que nos correspondió vivir y debemos afrontarlo de la mejor manera posible.
Gracias, es una de las primeras palabras que usualmente le enseñan a todo niño desde pequeño, sin embargo, parece que a medida que van creciendo se les olvida utilizarla.
Observar el comportamiento de algunas personas cuando asisten a un espectáculo o a un concierto en sitio cerrado, motiva a insistir sobre la necesidad de que revisen sus actitudes en tales circunstancias, pues el desconocimiento de ciertas normas, la mala educación y la grosería generan incomodidad entre otros asistentes, anfitriones y organizadores de la actividad.
La emoción de obtener un precio bajo no compensa la mortificación que le causará tener que enviar una tarjeta mal elaborada o de regular calidad para un evento en el que ha invertido una importante suma de dinero o involucra su imagen personal o la de la empresa.
La idea de cumplir con el Protocolo en una actividad por lo general no es muy bien recibida, pues lo asocian con algo complicado, fastidioso y acartonado. A su vez, son muchas las personas que al organizar un evento dicen “que sea sin protocolo”, queriendo expresar que sea una actividad informal.
Los estudiosos de las relaciones humanas nos dicen que el 93 por ciento de los mensajes que emitimos es transmitido mediante una comunicación no verbal.
Elegir a los senadores y representantes a la Cámara es una de las principales demostraciones de cultura ciudadana de una persona, es confirmar su compromiso con su ciudad, su región, su comunidad, su propio presente, el futuro de sus hijos y de generaciones venideras.
Muchas veces se justifican las mentiras diciendo que son “piadosas” o “blancas” porque se asume que no lastiman a nadie y sólo se dicen por salvar alguna situación o salir airoso en determinada circunstancia.