A diferencia de la quimioterapia, que ataca directamente las células tumorales, la inmunoterapia estimula las defensas naturales del organismo (linfocitos) para combatir las células cancerosas.
Jean Paul Vernot, biólogo, Ph. D. y profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), explica que pese a que el cuerpo cuenta con mecanismos para defenderse de virus y de algunos tumores, en el caso del cáncer los tumores encuentran la manera de evadir el sistema inmunológico.
“Estos científicos identificaron estrategias para inhibir esos frenos al sistema inmune, lo que dio lugar al desarrollo de medicamentos que desde 2011 se usan en el tratamiento contra el cáncer”, explica el profesor Vernot, quien por más de 20 años ha trabajado el sistema inmunológico y los linfocitos en sus investigaciones con el grupo de Fisiología Celular y Molecular de la U.N.
El profesor Vernot comenta que el investigador estadounidense James Allison, de 70 años, fue uno de los científicos que descubrió el poder de la molécula CTLA-4 para inhibir la activación de los linfocitos T, encargados de identificar y destruir las células tumorales.
Fue así como descubrió que al eliminar esa barrera las células encargadas de las defensas atacarían los tumores. Por eso plasmó su trabajo en el desarrollo de un anticuerpo monoclonal conocido como anti-CTLA-4, el primer mecanismo que estimula la proliferación y activación de los linfocitos T para atacar las células tumorales.
Después de varios ensayos clínicos se desarrolló ipilimumab, el primer medicamento oncológico para tratar el melanoma metastásico, un cáncer de piel más agresivo que fue tratado desde 2011 con este fármaco y que permitió mantener con vida a muchos pacientes.
Por su parte, el investigador japonés, Tasuku Honjo, de 76 años y vinculado a la Universidad de Kioto, descubrió la PD-1, una proteína que se expresa en la superficie de los linfocitos T y que también funciona como un freno de las células T, pero opera de manera diferente a CTLA-4.
Los anticuerpos contra PD-1 y contra PDL-1 también han permitido crear tratamientos efectivos contra el cáncer renal, de pulmón, de próstata y de piel. Sin embargo la combinación de anticuerpos contra CTLA-4 y contra PD-1 aumenta la efectividad de la inmunoterapia tal y como se ha observado en el tratamiento del melanoma metastásico.
“Se está realizando terapia combinada, lo que permite que estos dos anticuerpos frenen las señales negativas de los linfocitos T, estimulando a que se activen para reconocer el cáncer” indica el docente.
El profesor Vernot cuenta que a este resultado se llegó gracias al estudio biológico de los linfocitos T. “Ellos no estaban buscando diseñar un mecanismo contra el cáncer, pero al entender cómo se regulaba la activación de los linfocitos llegaron al desarrollo de estos medicamentos”.
“El mensaje adicional importante de la investigación de estos dos científicos es que la investigación básica a veces produce unos resultados que son mucho más efectivos que los efectos que van encaminados a diseñar terapias contra el cáncer”, concluye el docente.
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