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Los tolimenses, ibaguereños al igual que visitantes le madrugaron al Día de la Lechona y se acercaron a los tres puntos estipulados por la Administración Municipal y la Gobernación para deleitarse con este plato típico de la región.
La lechona tolimense destacada por su inigualable sabor es considerada como uno de los mejores platos de la gastronomía Pijao, y a diferencia de como la preparan en otros departamentos la de aquí no lleva arroz. Está compuesta de arveja amarilla, carne de cerdo, cuero crocante y los indispensables aliños donde cada cocinero pone su toque.
Con la celebración del San Juan y el San Pedro este plato impulsó a miles de personas a salir de sus casas y reunirse para apoyar a los productores de este alimento que se ofertó a $13.000; con lo que 38 productores ubicados en el Panóptico de Ibagué, 18 en la plazoleta Darío Echandía y 17 en el Espinal pudieron estimular su economía y mantener vigente parte de la tradición.
La secretaria de Desarrollo Económico departamental, Érika María Ramos Dávila quien en el transcurso de las festividades acompaña los distintos emprendimientos de productos autóctonos de la región, comentó: “El año pasado tuvimos la venta de 32 mil platos, con lo que se consiguió cerca de $400 millones en ventas; esperamos que en esta ocasión sea todo un éxito y la demanda sea muy significativa”.
Es tradicional que la lechona tolimense se acompañe con productos a base de maíz, como la arepa y el insulso, este último es elaborado con fécula de maíz, canela y panela.
‘Lechoneros’
Cientos de familias tolimenses durante años se ponen en la tarea de preservar esta tradición independientemente del arduo trabajo que requiere su elaboración.
Flor Alba Cruz se ha dedicado a la producción y venta de lechona y tamal en la urbanización La Esmeralda, pero llegó hasta el Panóptico para seguir impulsando su restaurante; indicó que no podía revelar el secreto de su comida para deleitar a los comensales, “‘Tamales la delicia de doña flor’ tiene una exquisita lechona que hemos elaborado durante 15 años y he vinculado a mi familia para que la tradición perdure”.
En esta misma medida, Gloria Albenis, quien actualmente vende lechona junto a sus dos hijas quienes aprendieron a preparar este producto y también lo comercializan, rememoró, “antiguamente cuando se apoyó desde la Gobernación, el primer día solo salimos seis personas a vender; el segundo año ya éramos unas 15 y ahí fuimos avanzando y mire ya donde vamos”.
Agregó, “para mí es una alegría muy grande volver a vender mi lechona y en cuanto la pandemia fue un poquito dura pero gracias a Dios ya la pasamos y aquí estamos contentos con este evento”.
Igualmente desde el Espinal, considerada la tierra de este plato autóctono, Martha Rojas, propietaria de ‘La lechona san pedrina’, desde hace 20 años gracias a las enseñanzas de su abuela aprendió a elaborar este manjar con el que ha deleitado a miles de comensales, y con el que integra a dos familiares más. Ella tiene la esperanza que no solo el Día de la Lechona sino también los venideros sean de grandes ventas.
DATO
De una lechona se pueden sacar de 120 a 150 platos de comida.
Visitantes
En ocasión al Festival Folclórico Colombiano, al fútbol y demás eventualidades que permiten la llegada de turistas; brasileños, bogotanos y de otras partes del mundo, aprovecharon la pasadita por la ‘Ciudad Musical’ para deleitarse con una exquisita lechona tolimense.
Mauro Santana, periodista de Brasil que llegó a la ciudad con la intención de ver el partido de Copa Libertadores, Tolima vs Flamengo que se desarrolló ayer en horas de la noche, acotó: “Yo no conocía Ibagué, ya había estado en Colombia, pero en Cali y Barranquilla y estoy muy contento (...), la comida típica me gustó mucho, es muy sabrosa”.
Balance
Después de pasadas las celebraciones del Día del Sombrero Tolimense, la Achira y el Tamal Tolimense, que se festejaron en la versión 48 del Festival Folclórico Colombiano, la secretaria de Desarrollo Económico del departamento, Érika Ramos, comentó:
“Las ventas han sido muy significativas, de hecho se duplicaron en comparación con el año pasado, claro está que es por todo lo que significa el festival presencial. Por ejemplo en la segunda versión de la Achira tolimense tuvimos unas ventas de más de $50 millones cuando el año pasado fueron de $22 millones.
“En el Día del Sombrero tuvimos ventas de $15 millones, cuando no es fácil vender un sombrero por no ser un elemento de primera necesidad pero que obviamente rescata nuestra cultura, historia y tradición”.
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